FP Sociocultural

¿Qué es un mediador familiar?

Por Victoria Pérez
primer plano de las manos cruzadas de un mediador familiar representando a las partes como muñequitos diferentes equilibrados en una balanza

El uso de mediación en diferentes escenarios es una técnica de resolución de conflictos que se viene empleando en España desde hace 20 años, aunque es relativamente desconocida para la mayoría de la población. En este artículo nos centramos en la figura del mediador familiar, un profesional responsable de alcanzar una solución pacífica para los problemas surgidos en el contexto del hogar.

Un mediador en este campo debe tener una formación vinculada con el ámbito sociocultural, como el Grado Superior en Integración Social o el Grado en Educación Social. Con una de estas titulaciones como base, tendrá que obtener una especialización que le permita ejercer en el sector de la mediación, como, por ejemplo, el Máster en Mediación Familiar y Gestión de Conflictos.

La mediación familiar se encarga de aquellos problemas que surgen entre familiares de distinto grado con diferente naturaleza. Entre los más comunes destaca la mediación en casos de divorcio o separación para tomar una decisión equitativa en lo relativo a custodia de hijos, deudas, liquidación de gananciales o pertenencia de la vivienda.

También es frecuente que se reclame la figura de un mediador para conflictos en empresas familiares donde varios miembros poseen acciones, así como en desacuerdos sobre el reparto de una herencia o el cuidado de un pariente dependiente. Asimismo, el servicio de mediación familiar suele ser requerido para evitar emprender la vía judicial, tratando de resolver los problemas de mutuo acuerdo por ambas partes.

A diferencia de la figura de un juez, la de un mediador no impone una solución al conflicto, sino que adopta un papel neutral e imparcial en el que los implicados deberán llegar por sí mismos a un acuerdo. En este caso, su misión será favorecer el diálogo, evitar las interrupciones y reproches, así como potenciar la búsqueda de soluciones.

Motivos para recurrir a la mediación familiar

La mediación es una solución muy efectiva especialmente en situaciones en las que las partes deciden tomar medidas de manera pacífica y simplificar el proceso , ya que por la vía judicial la resolución puede tardar años en dictaminarse. Entre las ventajas de la mediación destacan su menor coste, la reducción de tiempos y un mayor control del proceso por ambas partes. Por otra parte, este proceso favorece un menor desgaste de las relaciones.

Además de estas ventajas, destacan también otras razones por las que acudir a un servicio de mediación familiar frente a determinados conflictos:

  • Ayudar a cambiar la perspectiva negativa. El mediador, a través del fomento del diálogo y la escucha activa, promueve la comprensión entre ambas partes, reduciendo la crispación entre ellas y favoreciendo la evolución hacia un acuerdo justo.
  • Rebajar la tensión, creando un espacio de respeto y diálogo en el que se prime la igualdad.
  • Ofrecer a las partes implicadas un ambiente seguro en el que tengan la oportunidad de explicar cómo se sienten, evitando interrupciones y reproches.
  • Favorecer la escucha activa. Esta técnica consiste en enseñar a los implicados a razonar lo que está diciendo su interlocutor, no escuchando para responder, sino para entender al otro. 
  • Tratar de impulsar la búsqueda de soluciones. Para ello, el mediador familiar debe ser una persona atenta y creativa, siendo capaz de hacer diferentes propuestas que permitan llegar a un acuerdo beneficioso para ambas partes.

Principios básicos de la mediación

El proceso de mediación está regulado por la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, y en ella se establecen una serie de principios que debe cumplir el mediador familiar

  • Voluntariedad. La mediación es una decisión tomada por las partes para resolver un conflicto de manera voluntaria y no tendrán obligación de llegar a un acuerdo, pudiendo abandonar el proceso en el momento en que lo deseen. 
  • Igualdad de las partes. El mediador debe garantizar la igualdad entre los enfrentados, favoreciendo el diálogo desde el respeto y la corresponsabilidad sin tomando partido por ninguno de los bandos.
  • Neutralidad. La figura mediadora no podrá intervenir, opinar o posicionarse. Su papel debe ser neutral y tratar de conseguir un acuerdo al que las partes lleguen de manera autónoma mediante una serie de preguntas que les ayudarán a tomar una decisión equitativa.
  • Confidencialidad. Este principio garantiza que todo lo que ocurra durante el proceso debe ser confidencial para terceros, de manera que el mediador deberá mantener el secreto profesional sobre hechos y documentación que se presenten durante la mediación.

Aquellas personas que deseen formarse en el ámbito de la mediación podrán comenzar realizando un Grado Superior en Integración Social a distancia o presencial para después especializarse como mediador a través del Máster en Mediación Familiar y Resolución de Conflictos, que es impartido también en modalidad online, de manera que puede combinarse fácilmente con el trabajo o la vida personal.