La electroestimulación basa su beneficio en combinar el entrenamiento voluntario con el entrenamiento de contracción involuntaria producida por un impulso generada a través de chalecos con electroestimulación. Este impulso es capaz de reclutar más fibras musculares que una contracción voluntaria sin daños para los tejidos que están alrededor del músculo. Gracias a la electroestimulación, podremos hacer repeticiones submáxima sin necesidad de coger peso alguno.
La aplicación del impulso puede ser de forma local, por ejemplo en el cuádriceps exclusivamente, o por el contrario de forma integral, con los conocidos chalecos de electroestimulación o biotrajes.
Estos chalecos de electroestimulación aseguran contraer alrededor de 300 músculos de forma simultánea, quemar alrededor de 3.500 calorías y llegar a la musculatura más profunda. No sólo con esto, el marketing de estas empresas aseguran que un sólo entrenamiento, podemos sustituir los entrenamientos tradicionales de toda una semana y todo sin producir daño en nuestras articulaciones ya que trabajamos sin carga física.
¿Estamos ante el entrenamiento del futuro?
Puede ser que sí, siempre que utilicemos estas herramientas como un complemento al entrenamiento y no como un entrenamiento único, tal y como publicitan las empresas que comercializan estos productos.
Como estudiamos en TSAF, teniendo en cuenta los numerosos estudios científicos que avalan los resultados de estas nuevas herramientas, debemos hacer hincapié en los beneficios más interesantes para los usuarios y también para los entrenadores.
Desde el punto de vista de la salud, podremos conseguir un entrenamiento de alta calidad e intensidad con un impacto sobre las articulaciones mínimo. Gracias a la electroestimulación, podremos realizar repeticiones de un determinado ejercicio a una alta intensidad minimizando el riesgo de lesión para las articulaciones, tendones y ligamentos, ya que es un estímulo exclusivamente neuromuscular.
Siguiendo en el mismo plano de la salud, la electroestimulación incrementa y mejora la vascularización ya que está comprobado que un entrenamiento con electroestimulación con onda de baja frecuencia, incrementa el flujo sanguíneo.
Si queremos enfocar la electroestimulación desde un punto de vista exclusivamente deportivo, esta herramienta nos permite reproducir gestos deportivos de forma exacta, pudiendo realizar, por ejemplo, un drive de tenis, incluso con raqueta, focalizando en los grupos musculares que nos interesen.
Estudios sobre el entrenamiento con electroestimulación
Actualmente, podemos ver trajes de electroestimulación integral completamente inalámbricos, muy cómodos y prácticos con una autonomía que nos permite realizar varios entrenamientos incluso fuera de un centro deportivo.
Pero… ¿realmente este tipo de entrenamiento consigue los objetivos que persigue? Para ello, debemos de revisar los estudios científicos que se han realizado desde que estas herramientas se han popularizado entre todos nosotros.
Por ejemplo, los científicos Kemmler, W. y colaboradores de la Universidad de Erlalngen-Nürnberg llevaron a cabo un estudio en 2009 sobre la electroestimulación integral en el que su objetivo de estudio era analizar los cambios en la composición corporal de los sujetos una vez aplicado el protocolo de entrenamiento con electroestimulación. Los resultados que se observaron fueron cambios significativos en la composición corporal de los sujetos, reduciendo considerablemente el volumen corporal.
Por otro lado, científicos de la Universidad Alemana del Deporte de Colona, estudiaron los efectos que tendría el entrenamiento de electroestimulación sobre la fuerza máxima y sobre la velocidad. El grupo sometido a los entrenamientos mejoraron significativamente su fuerza máxima y su velocidad de ejecución.
Siguiendo por el ámbito del rendimiento deportivo, un estudio realizado en la Universidad de Jaén por Elisa Benito y colaboradores, confirmaron que realizar un entrenamiento de electroestimulación junto con entrenamiento de pliometría mejoraba de forma muy significativa el salto y la potencia de los atletas que participaron en la investigación. Además concluyeron que el orden de realización de los entrenamientos debía ser primero electroestimulación y posteriormente un entrenamiento pliométrico.
Otro de los estudios más relevantes que se han hecho sobre los entrenamientos con electroestimulación llevados a cabo por investigadores de primerísimo nivel como son Babault y Cometti, confirmaron la mejora de la potencia y fuerza del tren inferior de los jugadores de rugby al que se les aplicó el protocolo de entrenamiento con electroestimulación.
Estos resultados tan positivos no deben de llevar a la conclusión que el entrenamiento con electroestimulación neuromuscular sea el sustituto al entrenamiento voluntario, si no que esta novedosa herramienta debe ser un complemento al entrenamiento tradicional potenciando los beneficios de este.
También debemos de tener muy en cuenta, que el entrenamiento, de igual forma que el entrenamiento tradicional, puede ser peligroso si el prescriptor del entrenamiento no domina la metodología ni las herramientas que utilizan con sus clientes.
Esto responde a las dos preguntas que todos los clientes suelen hacer antes de someterse a un programa de electroestimulación ¿Es peligroso? o ¿Tiene alguna contraindicación?
Si el entrenamiento con electroestimulación no se planifica bien o no se regula bien las cargas, es potencialmente peligroso, pudiendo producir roturas musculares, sobrecargas incluso la tan sonada rabdomiólisis, ocasionando daños renales.
Conclusión
Concluyendo, podríamos decir que el entrenamiento con chalecos de electroestimulación es un método de entrenamiento que tiene resultados muy positivos siempre que se acompañe de entrenamiento voluntario tradicional, con el aliciente, de que es un entrenamiento que no es agresivo para las articulaciones o ligamentos, ya que es un estímulo directo al músculo. Esta herramienta nos permite ofrecer un entrenamiento personalizado y perseguir objetivos tanto estéticos, como pueden ser la pérdida de grasa y volumen corporal, como deportivos, incrementando la fuerza sustancialmente, o de alto rendimiento, mejorando las cualidades específicas de cada deporte.
La electroestimulación puede ser tan beneficiosa como perjudicial, si el entrenador personal que maneja esta herramienta solamente se dedica a manejar potenciómetros, sin conocer los protocolos de entrenamiento, adaptaciones fisiológicas o biomecánica básica.