Ante las situaciones de emergencia como una parada de corazón hay que saber reaccionar, sobre todo cuando se trata de realizar una reanimación cardiopulmonar en niños. Toda la población y los especialistas en salud, como el Técnico en Auxiliar de Enfermería, deberían conocer la técnica de Soporte Vital Básico (SVB) para llevar a cabo una buena RCP en niños que les salve la vida.
Para desarrollar una buena RCP pediátrica hay que matizar primero dos conceptos diferenciales que ayudarán a implementar la técnica. Los lactantes son menores de un año y los niños tienen edades comprendidas entre un año y la pubertad. Esto es importante remarcar para que la persona que ejecute la RCP sepa diferenciar una reanimación cardiopulmonar en neonatos de una en niños o adultos, ya que existen variaciones anatómicas y fisiológicas.
Por otro lado, las causas que originan una parada cardiorrespiratoria en niños son diferentes a las del adulto. En los pequeños previamente sanos y menores de un año los motivos más frecuentes donde hay que realizar una RCP en lactantes son el síndrome de muerte súbita, malformaciones congénitas, malformaciones de prematuridad, patologías respiratorias y obstrucciones en la vía aérea. Mientras que en los mayores de un año las razones suelen ser los traumatismos, existiendo una mayor proporción en accidentes de tráfico, seguido de caídas, quemaduras, ahogamiento e intoxicaciones.
Pasos a seguir en una RCP en bebés
Si una persona se encuentra ante una emergencia con un niño en edad pediátrica, antes de llevar a cabo la RCP en bebés hay que comprobar el nivel de inconsciencia con estímulos táctiles, sacudidas suaves o hablándole en voz alta. Por otro lado, si se sospecha de una lesión en la columna cervical se evitarán las sacudidas y los movimientos de cabeza durante la estimulación. Al comprobar el estado de consciencia, se puede continuar con la reanimación cardiopulmonar en niños y encontrarse ante dos tipos de situaciones:
- Si el pequeño responde a los estímulos y no corre peligro, se mantendrá en la misma posición en que se encontró, vigilando y valorando periódicamente, además de solicitar ayuda.
- Si el niño no responde, se pasará .a pedir ayuda. En el caso de que solo haya un reanimador, éste gritará y ante todo asegurará al pequeño. El adulto solo moverá al lactante accidentado si está en un ambiente peligroso o existe un riesgo inminente. Tras estos pasos, comenzará con la técnica de RCP en niños
Primer paso en una RCP en lactantes
El primer paso para realizar una RCP en lactantes es abrir la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón, teniendo en cuenta que la extensión del cuello será menor cuanto menos sea la edad del niño. Por ello, en lactantes se realizará sin extensión cervical, quedando en posición neutra. Si existe posibilidad de lesión cervical se inmovilizará la cabeza con la mano que está en la frente, evitando cualquier movimiento de la misma, y solo en caso de que el niño no respire se acepta la extensión de la cabeza, pero lo mínimo posible.
Por otro lado, en la RCP en niños también se puede utilizar la maniobra de tracción mandibular que consiste en colocar los dedos tras los incisivos centrales inferiores y el dedo índice en el mentón, traccionando la mandíbula hacia delante. Igualmente, para comprobar que el paciente respira se tiene que observar que el tórax y el abdomen se elevan, oyendo los ruidos respiratorios y sintiendo el aire espirado durante no más de 10 segundos, es decir, ver, oír y sentir.
En cambio si el pequeño está inconsciente pero respira, se colocará en posición de seguridad. Si se sospecha de trauma cervical, se deberá posicionar al menor lo más lateral posible con la cabeza más inferior respecto al cuerpo, una posición estable y evitando cualquier presión sobre el tórax. Asimismo, la posición de seguridad para llevar una RCP pediátrica a cabo en lactantes es diferente, colocando al bebé boca arriba con la cabeza hacia un lado si respira bien en esa posición.
Si existe una parada cardiorrespiratoria se comenzará rápidamente con la maniobra de RCP en niños. Seguidamente, se solicitará ayuda a los servicios de emergencias 061 o 112. En el caso de que haya dos reanimadores se procederá como en la reanimación de los adultos, uno iniciará las maniobras de resucitación y el otro contactará con los médicos.
Segundo paso en una RCP pediátrica
El segundo paso para desarrollar una correcta RCP pediátrica y salvar una vida es realizar la ventilación en niños que, en este caso, se procede como en la de los adultos. Se rodeará la boca con los labios y se tapará la nariz con los dedos de la mano que se tiene en la frente, se tomará aire y se soplará suavemente de un segundo a uno y medio. En el caso de los lactantes no se procederá a tapar la nariz porque se incluye en la boca del reanimador que deberá sellarla bien para evitar fugas de aire.
Igualmente, en la RCP en niños se darán cinco ventilaciones, más conocidas como ventilaciones de rescate. Si al menos dos de ellas son efectivas, es decir, con elevación del tórax, se pasará a comprobar si existen signos de circulación. El número de respiraciones será de 12 a 20 por minuto, siendo mayor el número cuanto más pequeño sea el niño. Si se observa que las inhalaciones no son efectivas y se sospecha de la presencia de un cuerpo extraño, se procederá a retirar el objeto con un dedo a modo de gancho.
Tercer paso en una RCP en bebés
El tercer y último paso para realizar una RCP en bebés es comprobar signos de circulación, como se ha mencionado anteriormente, y llevar a cabo el masaje cardiaco. En este punto, si el reanimador no observa ningún signo vital (movimientos, deglución, respiración), tomará el pulso sobre la arteria carótida y en la arteria braquial. En cambio si existen signos de circulación pero el pequeño no ventila se continuará con las respiraciones hasta que llegue el equipo médico.
Por otro lado, si el adulto observa que el pulso es menor de 60 pulsaciones por minuto se pasa a hacer el masaje cardiaco de la RCP pediátrica. Para ello, se colocará al pequeño boca arriba en una superficie lisa y firme. Si se sospecha de un traumatismo se movilizará en bloque, el punto para dar el masaje es el tercio inferior del esternón y la parte central, así como anterior del tórax, comprimiendo uno o dos dedos por encima del apéndice xifoides para evitar lesiones.
Al realizar la RCP en lactantes con un solo reanimador, éste colocará las puntas de dos dedos a lo largo del punto mencionado y con la otra mano sujetará la frente del bebé. Si hubiera dos reanimadores es posible desarrollar la técnica del abrazo, es decir, colocar los pulgares uno al lado del otro en la zona anteriormente nombrada y con las puntas dirigidas hacia la cabeza y el resto de los dedos rodeando la caja torácica.
Respecto a la RCP en niños de más de un año, el adulto situará el talón de una mano entre el esternón y el tórax. En el caso de que pequeño sea muy grande la técnica se procederá igual que en la del adulto. Lo importante es deprimir adecuadamente el tórax, a una velocidad aproximada de dos compresiones por segundo, realizando un total de 30 compresiones y dos ventilaciones.
Esta reanimación cardiopulmonar en niños se tendrá que continuar hasta que el pequeño recupere signos de circulación mayor de 60 pulsaciones por minutos o hasta que lleguen los servicios de emergencia. Solo en caso de que se presencie una parada cardiorrespiratoria súbita hay que cesar los signos vitales de forma brusca y se procederá a llamar al equipo médico antes de iniciar la RCP pediátrica como en el adulto. Igualmente, es de vital importancia mantener la calma para poder desarrollar la técnica de forma efectiva y sentir satisfacción al salvar una vida. El Grado Medio en Auxiliar de Enfermería a distancia es una buena forma de aprender más sobre estas técnicas de reanimación, aprendiendo las nociones necesarias para garantizar la seguridad de las personas.
Consejos para realizar una RPC en niños
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Evalúa la seguridad: Antes de acercarte a un niño en una situación de emergencia, asegúrate de que el entorno del niño sea seguro para ti y para el. Esto puede incluir verificar que no haya peligros como tráfico, fuego o agua.
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Comprueba la respuesta: Toque suavemente al niño y pregúntale si está bien. Observa si responde al tacto o al llamado. Si no responde, el niño podría estar inconsciente.
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Llama a emergencias: Si encuentras a un niño inconsciente o con problemas respiratorios, llama al número de emergencias médicas.