Qué padres no han escuchado alguna vez frases como, “se te va a acostumbrar a los brazos”, “como lo metas en la cama ya no va a querer salir nunca”, “te ha cogido el pecho como un vicio” frases que van asociadas a los términos de porteo, colecho y lactancia prolongada. Estos, pertenecen a la conocida como crianza con apego, un modelo de cuidado de los niños basado en la Teoría del Apego de la psicología del desarrollo.
Lo que ocurre cuando hablamos de algo tan desconocido como es la crianza con apego es que aparecen una serie de mitos y habladurías, basados sobre todo en la ignorancia y el desconocimiento. Para ello, en primer lugar vamos a establecer las bases sobre las que se estructura la crianza de apego, una de las corrientes educacionales que debe conocer el Técnico Superior en Educación Infantil en modalidad presencial o a distancia.
¿Qué es la crianza con apego?
La crianza con apego fue enunciada por el pediatra William Sears siguiendo las doctrinas de la Teoría del apego, que defiende que los lazos afectivos que se crean entre padres e hijos en la infancia generarán relaciones más empáticas a lo largo de su vida.
Mediante la crianza con apego se pretende favorecer el correcto desarrollo del pequeño mediante un entorno seguro y con equilibrio emocional, dándole aquello que necesita en los primeros años de vida. Para ello, los padres lo educarán con atención, respeto y cercanía.
Mitos de la crianza con apego
La crianza con apego hace a niños dependientes
Los niños no se hacen dependientes sino que son dependientes una buena parte de su infancia. Lo que hace este tipo de crianza es simplemente permitirles ser como son y no forzar una independencia ficticia para el grado de inmadurez en el que aún se encuentran, por lo tanto hay que permitirles ser dependientes cuando lo necesiten e independientes cuando la tarea o la actividad a la que se enfrenten lo permita.
En la crianza con apego no hay límites y se permite todo
Criar con respeto no significa no poner límites, al contrario, quiere decir que los pondremos y que serán claros, respetuosos y acordes a la etapa madurativa del niño. Los límites dan estructura y todos los pequeños los necesitan, pero para poner límites no necesitamos faltarles el respeto. Por ejemplo, faltamos el respeto cuando gritamos a nuestros hijos/as porque queremos que nos obedezcan.
La crianza con apego no significa que sea sinónimo de lactancia, colecho y porteo
En muchas familias coincidirá este tipo de crianza con alguno de estos términos, pero en otras muchas no por múltiples causas, bien porque madre o bebé no han conseguido una lactancia exitosa, porque también existen bebés a los que no les gusta ser porteados o porque hay casos en los que el colecho es incómodo para la familia y el bebé duerme en su cuna y no en la cama de los padres. Es fundamental que cada familia encuentre sus fórmulas, pero si crían con apego la base será la misma, criarán respetuosamente y atenderán las necesidades del niño.
Los niños criados así no sabrán lidiar con la vida
Ser criado así no es garantía de éxito en la vida. Los niños criados con apego, tanto como los que no lo son, van a tener que entenderlo y adaptarse a ella, pero por esto mismo no es necesario que se lo hagamos todavía más difícil y duro, ya que la vida se va a encargar de mostrarles a veces su lado más hostil. Por ello, los padres deben procurar proveerles de una mochila cargada de herramientas, recursos, amor, apoyo y escucha, para que de esta forma se conviertan en personas resilientes y capaces.
Los padres que crían con apego son “hippies”
Evidentemente los habrá, pero no todos. La crianza con apego y respeto es apta para todos, para hippies, para hipsters, para modernos, para clásicos, es decir que una crianza saludable y recomendable para todos los públicos.
Los niños criados con apego serán niños muy cariñosos y todo lo que le has dado te será devuelto
Lo que se debe tener claro desde el primer momento es que los padres no deben esperar que esto derive en una personalidad concreta, ya que quizá el niño sea cariñoso o quizás no. El objetivo final es amar de manera incondicional, simplemente por el hecho de que son nuestros hijos y porque se merecen que los amen sin esperar nada a cambio-
A las mamás que crían con apego solo les llenan los hijos
Esto es algo que forma parte de las prioridades en determinadas etapas de la vida. Es cierto que cuando te conviertes en madre o padre, durante los primeros años en los que el niño tiene más necesidades se abandonan aficiones pero no quiere decir que estas se abandonen, sino que simplemente se aparcan durante un tiempo hasta que el hijo adquiere cierta independencia.
Antes no nos criaban así y no nos ha ido tan mal
Aquí la respuesta es rotunda: no nos ha ido mal, nos ha ido fatal. Tenemos una sociedad que cojea por muchísimos lados y llena de carencias, hay falta de respeto, de empatía, de comprensión, de amor, de compasión y de entusiasmo. Debemos ser lo suficientemente críticos como para reconocer que en algo hemos fallado y de esta manera mirar y tratar a la infancia como nuestra sociedad del futuro.
La crianza con apego es una moda y algo pasajero
Por suerte siempre ha habido padres que han criado a sus hijos con respeto y con apego seguro, lo que está ocurriendo actualmente es que cada vez son más los que practican este tipo de crianza y por tanto cada vez habrá más adultos que habrán sido criados así y cuando sean ellos los que críen lo harán de manera respetuosa y creando un vínculo seguro. Esto se hará de forma espontánea y natural porque lo habrán vivido e integrado en sus propias vidas. Quizás vamos más despacio de lo que muchos querríamos, debido a la falta de interés y responsabilidad que algunos padres tienen con sus propios hijos, pero lo que es un hecho innegable es que estamos avanzando en lo que a la educación de nuestros hijos ser refiere y cada vez somos más los que practicamos este tipo de crianza basada en el amor y el respeto por nuestra sociedad futura.
A modo de conclusión, debemos resaltar una frase del Doctor en Pediatría Carlos González, autor de numerosos libros de crianza, apego y alimentación infantil:
“Malcriar significa criar mal, es decir, con poco cariño, pocos brazos, poco respeto, pocos mimos.Es imposible malcriar a un niño por hacerle mucho caso, sostenerlo mucho en brazos, consolarle cuando llora o jugar mucho con él”