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El síndrome de burnout o el síndrome del trabajador quemado, se aplicó en el mundo laboral en los años 70. Para saber qué es el burnout, Herbert Freudenberger Bradley, realizó un estudio en oficiales de policía de libertad condicional, denominando por primera vez como staff burnout.
En 1974 llevó a cabo una investigación con toxicómanos de manera voluntaria y observó que al cabo de un periodo largo de tiempo, la mayoría de los voluntarios sufría una progresiva pérdida de energía, insensibilidad, desmotivación y desinterés por el trabajo hasta llegar al agotamiento, presentando síntomas de ansiedad y depresión. Freudenberger escogió el término burnout (“estar quemado”, “consumido”, “apagado”), para hacer alusión a esta conducta.
En ocasiones este término se suele confundir con la presión laboral puntual, pero la realidad es que son dos términos totalmente diferentes. El síndrome de burnout fue reconocido en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en 2022 se incluirá en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos, índice en el que se recogen todos los posibles diagnósticos médicos, procedimientos diagnósticos y terapéuticos.
Definición de síndrome burnout
El síndrome de burnout es un padecimiento que a grandes rasgos consiste en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes, emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.
Causas del síndrome burnout
El estrés crónico, ya es una epidemia laboral y global, que afecta tanto a la salud del trabajador como a su rendimiento profesional. Se manifiesta con situaciones continuas de ansiedad y depresión, afectando en el 2020 ya al 40% de los trabajadores españoles, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este síndrome se asocia a profesionales que están en contacto frecuente con personas, donde suele darse situaciones conflictivas. Sus horarios suelen caracterizarse por ser jornadas muy largas de más de ocho horas diarias, con turnos inestables. También hay una estrecha relación con el sueldo inadecuado y el mismo ambiente laboral durante años, derivando como consecuencia en una pérdida de motivación e interés laboral.
Síntomas de burnout
Con el paso del tiempo y la exposición a estos factores estresantes, el desgaste del profesional va aumentando. Para detectarlo, se pueden observar una serie de síntomas característicos.
Unos de los síntomas principales que las personas suelen detectar de manera rápida es el estrés. Este síntoma se puede mostrar por diferentes causas como el gran volumen de trabajo o la alta responsabilidad del trabajador.
Por otro lado, el insomnio es otro síntoma que suele aparecer cuando el trabajador padece el síndrome burnout. La falta prolongada de sueño modifica la concentración en la jornada laboral, alterando así la capacidad de tomar decisiones acertadas, pudiendo cometer incluso negligencias laborales graves.
También existen otros aspectos físicos que se muestran cuando la persona sufre este síndrome como por ejemplo la sudoración, palpitaciones, temblores o taquicardia. Como consecuencia, estos síntomas del síndrome burnout pueden derivar en otros problemas de salud como la depresión, las lesiones musculares, dolencias cardiacas o problemas dermatológicos.
Profesionales que más sufren burnout laboral
Entre las profesiones que más suelen sufrir este síndrome, se encuentran:
- Personal sanitario. Este es el colectivo más vulnerable que puede padecer este problema, siendo las/os enfermeras/os, el grupo con mayor riesgo de desarrollarlo por su estrecha y directa relación con los pacientes. Debido a la pandemia generada por la COVID-19, un estudio realizado por Mutual Médica confirma que 6 de cada 10 trabajadores sanitarios son víctimas de este síndrome. Este estudio también revela que las mujeres son más propensas a sufrir este problema.
- Bomberos. Este colectivo, durante su jornada laboral, está expuesto con frecuencia a situaciones estresantes emocionales y físicas. Todo esto, unido a los cambios en sus puestos de trabajo, conflictos que a veces se originan en el terreno laboral y el riesgo que conlleva su labor, da como resultado un agotamiento y cansancio emocional. Estos factores repercuten negativamente en su trabajo y hace que se despersonalice y se vea desde la óptica del cinismo. También se establece una fatiga crónica que puede tener como resultado una ineficacia en su trabajo.
- Policías. Hay pocos estudios sobre el tema en este sector. Lo que sí se ha detectado que hay variables personales como la edad, el turno, la antigüedad en el puesto (aparece en profesionales que llevan más de siete años en sus puestos de trabajo) o el tipo de trabajo (la tasa más alta aparece en los policías que realizan más tareas administrativas) que contribuyen a que estos profesionales sufran los niveles más elevados de este problema. Entre muchos factores psicosociales aparecen excesivas demandas laborales, pocas recompensas, escaso control sobre su trabajo o falta de apoyo entre compañeros y supervisores. Todos estos factores dan como resultado una actitud de despersonalización de su profesión, desgaste emocional, cansancio y fatiga física.
Diferencias entre estrés y burnout
Muchas personas suelen confundir el estrés con el síndrome burnout y, aunque estas dos enfermedades tienen características muy similares, afectan mentalmente de manera diferente a las personas.
Por un lado, el estrés implica tensión tanto física como psicológica. Las personas que lo padecen , piensan que tienen el control de la situación y pueden mejorarla a través de su trabajo. Por norma general, el estrés se presenta mediante una actitud de hiperactividad y da como resultado un trastorno de ansiedad.
El síndrome burnout va un paso más allá, donde la sensación de control de las diferentes situaciones desaparecen, aumentando la desmotivación generalizada y el profesional no tiene demasiadas esperanzas frente a las situaciones críticas. Otras de las características de esta enfermedad es la pérdida de energía física, estableciendo un cansancio y fatiga crónica. El síndrome burnout suele inducir a las personas que la padecen a la depresión.
Consejos para afrontar el síndrome burnout
Para hacer frente al síndrome burnout el apoyo social es uno de los consejos que más ayudan a las personas que lo padecen. La persona debe tratar de compartir sus preocupaciones, dudas, miedos, ansiedades con su círculo de confianza. Esto ayudará a disminuir y calmar el estrés que provoca las situaciones críticas que a diario sufre y el sistema nervioso tenderá a la tranquilidad.
Por otra parte, el ejercicio físico, es fundamental. Realizar alguna actividad física durante al menos 30 minutos al día, ayudará a aumentar la energía, a tener un estado de ánimo más positivo, aliviará el estrés y relajará el cuerpo y la mente.
Si la actividad física se realiza en el exterior o en contacto con la naturaleza, el estado de bienestar aumenta, mejorando el humor, reduciendo la ansiedad y estableciendo un estado de calma generalizado. La práctica de alguna técnica de relajación como el yoga o la meditación repercute positivamente en aliviar este síndrome. Todo esto ayudará a desconectar de su rutina diaria.
Otro consejo que se debe tener en cuenta es la importancia de realizar una dieta saludable y variada para prevenir el burnout. Se aconseja reducir el consumo de estimulantes como la cafeína o la nicotina para disminuir los niveles de ansiedad que estas sustancias provocan. La ingesta de azúcar y grasas también debe reducirse ya que afecta negativamente a la energía que necesita el cuerpo humano a diario.
Para combatir el burnout, otra medida es modificar la forma de ver la vida, es decir, dar valor al trabajo realizado, generando así pensamientos positivos hacia él. Ayudará a recuperar la sensación de satisfacción sobre la labor bien hecha que al principio suscitaba el puesto.
Otros consejos para prevenir la aparición del burnout pueden ser tomar tiempo libre, aprender a desconectar en los días libres realizando tareas muy diferentes a las que a diario realizamos. El descanso también es muy importante, dormir lo suficiente ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad del día a día.
Para gestionar el síndrome burnout es necesario que los responsables de los diferentes departamentos adquieran ciertas habilidades para el bienestar de su equipo. Con el Máster en Liderazgo y Gestión Emocional, mediante una metodología multidisciplinar se adquieren los diferentes conocimientos para liderar equipos y solucionar los posibles conflictos que puedan surgir dentro de una organización.
Todos estos consejos son muy importantes para mejorar el estado de bienestar si se está pasando por una situación de burnout. Para comprobar si se sufre este síndrome burnout existe el cuestionario Maslach, el cual ayuda a medir el nivel de estrés que la persona padece y la situación profesional por la que está pasando.