FP Comercio y Marketing

¿Qué es una zona franca?

Por Victoria Pérez
Containers en la zona franca de un puerto marítimo vistos desde el cielo

​​​​​​El comercio entre países es un asunto complicado. Las empresas que venden sus productos en el extrajero deben conocer las leyes del comercio y los impuestos que gravan cada uno de los estados en los que operan. Por este motivo, el Técnico Superior en Comercio Internacional tendrá que comprender toda esta información, así como las zonas francas que se encuentran cerca del área de distribución de sus productos y que pueden facilitar la exención de impuestos en el comercio internacional.

Ante la pregunta de qué es una zona franca, es preciso señalar que se trata de una zona de libre comercio que se halla situada en un área geográfica concreta y en la cual los productos que entran y salen se encuentran libres de impuestos, suprimiendo todo tipo de barreras para favorecer la importación y exportación entre diferentes países.

La zona franca se caracteriza por encontrarse situada en zonas cercanas a puertos marítimos o aeropuertos donde trabajan los transitarios, así como por la presencia de un tejido industrial fuerte en la zona. Esto se debe a que muchas empresas con un modelo de negocio internacional tienden a situar sus sedes cerca de estos puertos francos para reducir los costes de transporte y favorecer transacciones comerciales de manera óptima.

Beneficios de una zona franca

Para comprender qué es una zona franca y cuál es su objetivo principal es necesario hablar de los beneficios que presentan estas zonas de libre comercio para las empresas que las utilizan y para el entorno en el que se ubican, algo que conoce de primera mano el Técnico en Comercio Internacional a distancia.

En primer lugar, y hablando de los beneficios para las entidades que operan en la zona franca, es preciso señalar que estas áreas ofrecen beneficios tributarios, fiscales, reglamentarios y de inversión. De esta manera, se eliminan las barreras existentes para el comercio internacional, asegurando las importaciones a otros países.

Por otro lado, los puertos francos funcionan como espacio de almacenaje de los productos de una empresa mientras que dichos elementos no tienen definido un destino de entrega. Una vez fijado, se enviará sin impuestos desde la zona franca. De esta manera, además de los beneficios planteados anteriormente, la empresa encuentra en estas áreas un espacio logístico estratégico, reduciendo los costes de almacenamiento.

La zona franca es también un beneficio para los habitantes de la zona, ya que, debido a las facilidades que ofrece a las empresas, muchas entidades que venden sus productos en otros países deciden trasladar sus sedes de producción al entorno de los puertos francos, revitalizando la economía de la zona a través de la creación de puestos de trabajo.


Principales puertos francos de España

En España, existen actualmente 7 zonas francas distribuidas por todo el país y que, generalmente, se encuentran situadas en zonas costeras. La más antigua es la zona franca de Barcelona, cuyo origen se remonta a comienzos del siglo XX. Otro de los puertos francos más importantes es el de Vigo, que se creó en 1947 con el objetivo de favorecer el desarrollo comercial del noroeste de España. En el norte se encuentra también el puerto de Santander.

Por su parte, en el sur se pueden encontrar la zona franca de Cádiz y la de Sevilla, siendo esta última especial al pertenecer al único puerto de interior de España, ubicado en la capital andaluza. Fuera de la península se disponen dos puertos francos que dan servicio al archipiélago canario, uno es el de Las Palmas de Gran Canaria y otro el de Tenerife, ligado al puerto de Santa Cruz.


Puertos francos de lujo, un negocio en crecimiento

Aunque el objetivo inicial de los puertos francos era puramente comercial, tal y como se ha mencionado anteriormente, en la actualidad existe todo un negocio en torno a las zonas francas para artículos de lujo, desde obras de arte hasta coches de coleccionista. Esto se debe a que los puertos francos dejan estos productos de alto valor en un limbo legal donde se ven exentos de impuestos.

Además, por su naturaleza de almacenaje, los productos de lujo pueden permanecer en la zona franca durante años, algo que permite a los propietarios mantenerlos en una zona con precisas medidas de seguridad y poder realizar todo tipo de transacciones que quedan exentas de impuestos si se realizan dentro de la zona franca.

De esta manera, han surgido numerosos puertos francos internacionales famosos en todo el mundo por albergar importantes colecciones de arte, así como reliquias culturales y artísticas de coleccionistas de todo el mundo. Uno de los más conocidos es el puerto franco de Singapur, ubicado en el aeropuerto de Changi, que cuenta con medidas de seguridad típicas de una película de ciencia-ficción: policía armada, identificación biométrica, detectores de infrarrojos o puertas acorazadas, entre otras.

Otros de los puertos más relevantes en este aspecto es el puerto franco de Ginebra, en Suiza, que almacena 1,2 millones de obras de arte, más del doble que el museo del Louvre en París. También son de especial importancia el puerto franco de Nueva York o el de Luxemburgo.

Sin duda, los puertos francos suponen un mundo de oportunidades tanto para empresas como para particulares, ofreciendo una serie de ventajas al comercio internacional que eliminan las barreras entre países.