FP Deporte

Osteoporosis y ejercicio físico, la clave para combatir la enfermedad silenciosa

Por Javier Olmedo
Pierna humana con una inflamación por osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad que produce un deterioro de los huesos, provocando fracturas con facilidad. Este tipo de enfermedad sistémica afecta al conjunto del esqueleto y suele darse entre población anciana, siendo el resultado de un desgaste óseo que se va acrecentando con la edad. Sin embargo, la osteoporosis y el ejercicio físico guardan una estrecha relación, convirtiéndose en una manera de prevenir esta enfermedad en la juventud y de brindar un tratamiento natural al sujeto, evitando complicaciones de esta patología.

Los alumnos de Grado Superior en Acondicionamiento Físico saben que mediante una práctica regular de actividad física y una buena alimentación se puede prevenir la aparición de la osteoporosis, cuidando los huesos mediante un consumo de alimentos ricos en micronutrientes como proteína, calcio y vitamina D.

¿Qué es la osteoporosis?

La osteoporosis es una enfermedad propia del hueso que suele tener su origen en una zona concreta, aunque termina afectando en un porcentaje elevado al conjunto esquelético. Es un problema caracterizado por la disminución de la masa ósea y el deterioro de la micro-arquitectura interna del hueso que conlleva por consiguiente un aumento de la fragilidad ósea y de la propensión a las fracturas. 

Esta enfermedad afecta al tejido óseo esponjoso, es decir, a la estructura y pilares internos de la pieza ósea y en menor manera al tejido compacto que recubre y protege al hueso de manera externa. Es por este motivo por el que el inicio de la osteoporosis no se puede ver en una simple radiografía y es en la mayoría de los casos asintomática. Esto, unido a un diagnóstico clínico difícil, a la osteoporosis se le conoce comúnmente como la enfermedad silenciosa, diagnosticándose casi todos los casos en el momento en que se presenta una fractura por fragilidad ósea o debida a un trauma que no es grave.

Esta fragilidad ósea producida por la disminución de densidad y pérdida de propiedades de las trabéculas óseas es la que produce el gran riesgo de fracturas y sus consecuencias. De este modo, la incidencia de fracturas por osteoporosis aumenta en proporción inversa a la disminución de la densidad mineral ósea y aumenta exponencialmente con la edad. Es un dato a tener muy en cuenta debido a que las fracturas por osteoporosis tienen un alto impacto en la calidad de vida de las personas mayores, sufriendo el 50% la pérdida de autonomía a la hora de andar y el 30% volviéndose totalmente dependientes.

Ejercicios para osteoporosis como método de prevención

Actualmente, está más que demostrado que la ausencia de movilidad produce una rápida y cuantiosa pérdida de masa mineral esquelética. Este factor, sumado a la osteoporosis, puede producir una caída en espiral de la desmineralización del esqueleto que puede llegar hasta el 40% en un año.

En el extremo contrario, la actividad física demuestra tener una incidencia directa sobre el tejido óseo a través de las tensiones provocadas en el hueso durante la realización del ejercicio físico tanto a nivel de absorción de impactos, como a nivel de tracción muscular. La acción de estas cargas de trabajo va a provocar una reorientación de las trabéculas, fortaleciéndolas y mejorando su capacidad para soportar y conducir cargas e impactos.

Así, se puede afirmar que la osteoporosis y el ejercicio de fuerza están relacionados, ya que las cargas favorecen la formación de tejido óseo. Lo que debemos tener muy presente en el proceso de formación del nuevo tejido es que las cargas que contribuyen a mejorar este proceso, deben ser de una intensidad superior a la que sometemos al sistema óseo en condiciones normales. Por ello, aunque en el presente artículo hablemos de que las cargas de trabajo para usuarios con osteoporosis no deben ser cargas muy elevadas, sí que debemos someter a cierto estrés al sistema óseo para ser efectivos.

Por lo expuesto, se debe entender el deporte y la actividad física como un tratamiento de la osteoporosis natural, que junto a otros enfoques como el médico, nutritivo o psicológico resultará vital para combatir y prevenir los síntomas de la osteoporosis ya que:

  • Aumenta el nivel de masa ósea en edades tempranas. Deportes de actividad física de impacto y cargas son los que más han demostrado disminuir el riesgo de padecer osteoporosis en el futuro.
  • Disminuye la pérdida de densidad ósea en personas que sufren osteoporosis, el ejercicio físico no evita la pérdida de masa ósea pero sí la reduce. Al igual que en el anterior punto, el trabajo de cargas e impacto sería el más recomendado, aunque dependiendo del desarrollo de la enfermedad puede llegar a ser contraindicado por el riesgo elevado que conlleva la osteoporosis de fracturas por fragilidad ósea.
  • La actividad física contribuye a la reducción de caídas y de fracturas consiguiendo mejorar el equilibrio, la marcha, la coordinación, la fuerza muscular, la respuesta muscular, la respuesta de protección y el tiempo de reacción; además incrementa la fuerza e hipertrofia muscular. 
  • En pacientes osteoporóticos, un ejercicio físico moderado contribuye a mejorar su funcionalidad.

Precauciones al prescribir ejercicios para la osteoporosis

Debido a lo comentado anteriormente, a la hora de prescribir ejercicios para la osteoporosis, el Técnico Superior en Acondicionamiento Físico a distancia debe de tener algunas ideas claras.

Estudios recientes demuestran que para que la actividad física muestre signos de mejora en el proceso de desgaste óseo, se debe de realizar una media de tres veces en semana. Además a grandes rasgos tenemos que entender que la densidad ósea se ve modificada en la parte del esqueleto que soporta las tensiones y vibraciones del ejercicio. Si se realizan ejercicios de la región lumbar se verá mejorado el sistema esquelético de esta parte, sin influir por ejemplo en el deterioro de los huesos de las muñecas.

Se ha demostrado que los ejercicios más indicados para frenar la pérdida de densidad ósea son los ejercicios de resistencia suave y los ejercicios de fuerza con cargas no muy elevadas, como son ejercicios con pesos bajos y bandas elásticas.

Uno de los signos más frecuentes de la osteoporosis, sobre todo cuando afecta a la columna es el de hipercifosis dorsal (incremento de la curvatura fisiológica de la región dorsal). Mejorar esta hipercifosis se puede conseguir con un trabajo constante de activación y potenciación de los músculos erectores del tronco, con ejercicios de elongación de los pectorales y fortalecimiento de la faja abdominal y lumbar con movimientos cortos. Además, se debe destacar la importancia del control postural en todos y cada uno de los ejercicios que se realicen.

 

Riesgos de la combinación de deporte y osteoporosis

A la hora de prescribir ejercicio a pacientes con osteoporosis no se debe olvidar el peligro que supone la posibilidad de una caída que pueda producir una fractura. Por ello, dependiendo del grado de afección, se pueden trabajar otros ejercicios para favorecer su mejoría, como dinámicas de movilidad, coordinación y flexibilidad, trabajando además el equilibrio estático y dinámico. 

Por último, y siendo consecuentes con lo expuesto en estas líneas marcaremos una serie de ejercicios contraindicados para la osteoporosis, que no se realizarán en la medida de lo posible con los usuarios:

  • Ejercicios de hiperflexión de columna. Son ejercicios contraproducentes, ya que sobrecargan la parte anterior de la vértebra incrementando el riesgo de sufrir un acuñamiento vertebral.
  • Ejercicios que conlleven movimientos de rango articular máximo, para evitar que la estructura ósea sufra un estrés excesivo.

Para terminar, es preciso analizar muy bien las actividades que se vayan a llevar a cabo con los usuarios con osteoporosis, ya que ninguna de ellas debe suponer riesgo de caída para asegurar la integridad de nuestros deportistas y mejorar su salud.