La planificación de un entrenamiento físico o deportivo variará según los objetivos del usuario. De esta manera, no entrenará igual un opositor en el ámbito de deporte, un candidato a los Cuerpos de Seguridad del Estado o una persona que desee mejorar su condición física y tener un cuerpo sano, requiriendo de un entrenamiento personalizado en cada caso. Por ello, es necesario plantearse si se pueden alcanzar las metas por cuenta propia o es necesaria la ayuda de un profesional.
En ese caso, se debe saber cuál es el objetivo y qué tipo de servicio se necesita, si una persona que pueda trabajar en varios ámbitos o un especialista que ofrezca apoyo específico con el fin de alcanzar una meta única. Para cada uno de estos aspectos existe una profesión concreta, pero la gente suele confundirlas aunque las diferencias son muy claras. En este punto, se debe decidir si contratar los servicios de un entrenador personal o de un preparador físico.
Diferencia entre preparador físico y entrenador personal
El preparador físico es aquella persona que está cualificada y tiene una formación especializada en una disciplina que permitirá conseguir tanto objetivos generales, normalmente en ámbito profesional o de élite, como específicos, teniendo como función principal mejorar las cualidades físicas propias de esa disciplina y conseguir el máximo rendimiento hasta alcanzar un objetivo primario. Por ejemplo, un preparador físico en fútbol, analiza, controla y gestiona todas las cualidades físicas de los jugadores para conseguir que lleguen al mejor rendimiento antes de cada partido, sin lesionarse, descansando, manejando cargas apropiadas, controlando diferentes variables para hacer posible el objetivo a medio o largo plazo (ganar un partido, La Liga, Champions…).
El preparador físico también trabaja en colaboración con otros profesionales, ya que es fundamental una multidisciplinariedad con otras ramas como la nutrición, psicología, fisioterapia o medicina, entre otras. Por ello, debe tener conocimientos básicos en diferentes materias para poder comprender la dinámica e interacción de estas, aunando esfuerzos y consiguiendo un fin común entre ellas.
Debido a este necesario nivel de cualificación, no todo el mundo puede ser preparador físico, ya que se trata de una profesión reconocida por el Estado español y como tal necesita de una certificación oficial para poder ejercerse de manera adecuada. Asimismo, este especialista debe estar obligatoriamente formado en titulaciones recogidas en el BOE, que pueden ser:
- Licenciatura o Grado universitario en CCAFD.
- Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD).
- Técnico Superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva (TSEAS).
- Técnico Superior en Acondicionamiento Físico (TSAF).
- Especializaciones a nivel universitario sobre Preparación Física.
Por su parte, el entrenador personal es un especialista en el plano del acondicionamiento físico que lleva a cabo un seguimiento, asesoramiento y entrenamiento personalizado que permita al usuario mejorar sus hábitos. Para ello, ejerce un papel más cercano, adaptándose a las necesidades y estilo de vida y teniendo como meta la motivación para que los usuarios consigan los objetivos marcados.
También conocido como personal trainer, debería estar a la vez formado en alguna de las titulaciones nombradas para ofrecer un servicio cualificado. Sin embargo, hay mucha gente que hace cursos no homologados y ejerce como profesional del entrenamiento personal. Esto puede desembocar en que el seguimiento del usuario no sea idóneo, no se consigan las metas marcadas y se produzca una desmotivación que le lleve a abandonar el reto, en el mejor de los casos. Otro escenario más negativo es el de las lesiones, uno de los precios más altos a pagar si no se contrata a un entrenador profesional con una formación oficial.
La distinción entre ambas profesiones es fundamental: todo preparador físico tiene que ser entrenador, pero no todo entrenador es preparador físico. El enfoque es diferente según si se quiere realizar un entrenamiento específico (preparador físico) o uno general (entrenador personal).
Asimismo, si por ejemplo una persona quiere preparar unas pruebas físicas o unas oposiciones ¿qué servicio debe contratar? El perfil del entrenador personal quizás sea el más adecuado al principio si se da comienzo a esta preparación sin una base de acondicionamiento físico.
Este experto va a saber iniciar de manera dinámica todo el proceso para favorecer la creación de una rutina y unos hábitos de vida saludables. Una vez creada una base fuerte de forma física, confianza en uno mismo y motivación, sería ideal buscar a un preparador físico que se especializara en la disciplina en la que se quiere realizar un entrenamiento específico, y puede enseñar todas las variables a tener en cuenta para superar las pruebas, trabajando nuestras capacidades físicas e interactuando con otros profesionales que puedan ayudarnos a conseguir nuestro objetivo.