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Las principales habilidades comunicativas del mediador

mediadora comunicándose con las partes de un conflicto

El motivo principal por el que las personas acuden a un mediador es el hecho de que no son capaces de gestionar sus emociones y las capacidades comunicativas que tienen a la hora de resolver un conflicto. Por esta razón, el profesional deberá tener ciertas habilidades comunicativas que ayuden a los implicados a resolver sus problemas y llegar a una solución.

Desde siempre, uno de los pilares más importante de la mediación ha sido la comunicación, ya que esta es uno de los cimientos fundamentales de la sociedad. Por ello, es importante que dentro de la mediación comunicativa haya especialistas que dominen las habilidades de comunicación básicas con el objetivo promover la confianza y el respeto entre las personas en conflicto. Dichas técnicas se aprenden en el Máster de Mediación Familiar y Gestión de Conflictos.

¿Qué son las habilidades comunicativas?

Las habilidades comunicativas son un conjunto de técnicas que tiene que poner en marcha una persona a la hora de relacionarse con los demás. El objetivo es que las conversaciones entre emisor y receptor fluyan de manera adecuada sin dar pie a malentendidos ni generar resistencia.

Por ello, las habilidades de comunicación básicas que puede presentar un mediador es una garantía de éxito profesional, ya que mostrando dichas capacidades comunicativas podrá ayudar a las personas en diversos ámbitos de su vida. De esta manera, en la mediación también hay que tener en cuenta qué tipos de comunicación existen.

Habilidades comunicativas básicas del mediador

Frente a situaciones de conflicto y mediación es necesario comprender las emociones de las personas implicadas en el problema a fin de guiar sus conductas y pensamientos a la mejora de soluciones. Por ello, el mediador deberá tener ciertas habilidades comunicativas básicas entre las que destacan:

  • Empatía: esta es una de las habilidades más importantes a tener en cuenta en la convivencia con los demás. La empatía como capacidad de comunicación ayuda a situarse en el lugar de la otra persona y entender las emociones que le han llevado a la situación actual. El mediador crea así una sintonía con el individuo y un clima de confianza.
  • Escucha activa: en la mediación, escuchar activamente consiste en concentrarse totalmente en la comunicación de la persona implicada. Por lo tanto, aunque parezca una acción simple, el profesional deberá prestar atención con los cincos sentidos no solo a lo que los individuos dicen sino también a las ideas, pensamientos o sentimientos que expresan.
  • Resolución de conflicto: muchas personas prefieren evitar el conflicto antes de enfrentarse a una situación, por eso la figura de un especialista en la mediación comunicativa es fundamental, ya que ayudará a que no haya malentendidos y a que las personas implicadas en el problema puedan dar su opinión sin sentirse amenazadas.
  • Validación emocional: una de las habilidades comunicativas básicas del mediador es generar un feedback para que el interlocutor se sienta comprendido y reconocido. De esta manera, creará un lazo de confianza que ayudará en la mediación.

Para llevar a cabo dichas habilidades comunicativas en el ámbito de la mediación es necesario que los profesionales dedicados a este sector también conozcan los tipos de comunicación que existen, a fin de mejorar los procesos y llegar a los objetivos planteados en los proyectos de gestión de conflictos tanto en niños como en adultos.

Tipos de comunicación

El eje de la mediación es fomentar una comunicación eficaz, por tanto es necesario comprender los mecanismos de esta para interaccionar con los interlocutores de manera exitosa. Además, su manejo es imprescindible para lograr la meta a la que el mediador aspira: conseguir que las partes lleguen a un acuerdo de forma autónoma.

Para entender la comunicación humana se puede acudir al planteamiento del filósofo y psicólogo Paul Watzlawick, que asegura que toda conducta es comunicación y que ésta afecta al comportamiento de las personas. Con esta idea, se puede hacer una diferenciación entre la comunicación verbal y no verbal.

Comunicación no verbal

La comunicación no verbal es un tipo de lenguaje que utiliza elementos no lingüísticos (apariencia, gestos, posturas) y en la mayoría de los casos esta acción se realiza de forma inconsciente. Dichas expresiones ayudan a la comunicación verbal, pero a veces no coinciden en objetivos.

Una de las diferencias de este tipo de comunicación a tener en cuenta en la mediación es que los gestos no son universales, por lo que el mediador tendrá que fijarse detalladamente y conocer la cultura de la persona con la que se está moderando.

En este sentido, hay que tener en cuenta diferentes aspectos que complementan a la comunicación verbal y también dan información como, por ejemplo, las expresiones del rostro, el contacto ocular, los gestos corporales y la postura de las personas implicadas en un conflicto.

Comunicación verbal

La comunicación verbal a diferencia de la no verbal se caracteriza por el uso de la palabra a la hora de emitir un mensaje. De esta manera, este tipo de lenguaje puede ser oral o escrito y tiene como objetivo comunicar un pensamiento.

Los mediadores deberán tener en cuenta que en la comunicación verbal también influye la cultura de la que procedan los individuos, ya que las palabras pueden tener diferentes matices y evolucionar de diversas formas según el lugar de procedencia. Igual que en el lenguaje no verbal, en este tipo de comunicación también hay que enfocarse en determinados aspectos: contenido, tono de voz, las palabras empleadas y el contexto en el que se dicen.

Como se ha podido comprobar, tener buenas habilidades comunicativas en mediación es fundamental para ayudar a calmar tensiones entre las partes y fomentar el diálogo, así como mejorar la salud emocional de las personas. Además, gracias a estas capacidades comunicativas el mediador podrá comprender mejor los sentimientos de los sujetos con los que trabaja.