Muchos autores coinciden en que la función principal del CORE es permitir actuar al cuerpo como una única unidad, proporcionando estabilidad, equilibrio y fuerza a los movimientos, impliquen o no a las extremidades, consiguiendo especial relevancia los músculos estabilizadores. Conoce esto y estudia TCAE presencial o Auxiliar de Enfermería a distancia.
Revisando un artículo escrito por Lindsay Warren (2014), nos encontramos con diferencias en la composición de la llamada musculatura del CORE, músculos estabilizadores, aunque la mayoría de investigadores coinciden en definirlo como un sistema integrado, compuesto por una estructura pasiva (los elementos óseos y ligamentosos de la columna vertebral), una estructura activa (los músculos espinales y la fascia toracolumbar) y una estructura de control (la unidad de control neuromuscular).
A los anteriores componentes habría que añadirles otras regiones como los músculos estabilizadores de las caderas, la pelvis, el abdomen y la zona proximal de las extremidades inferiores, hasta la región escapular y columna cervical, incluyendo el diafragma.
Los músculos del tronco pueden clasificarse por su función en músculos locales y globales. Los músculos locales (como los intertransversos, los rotadores, los multífidos, etc.) son músculos estabilizadores, aportan estabilidad, mantienen la postura y son resistentes a la fatiga, debido a su control preciso de las vértebras individualmente.
Los músculos globales (músculo estabilizador), como el recto abdominal, dorsal largo u oblicuos externos, unen varias articulaciones de la columna, con la cadera y el tórax, y son los responsables de generar movimiento, ya que poseen la capacidad para resistir mayores fuerzas externas.
Una capacidad muscular deficiente de estos músculos locales y globales aumenta el riesgo de lesiones y la incidencia de dolor en la zona baja de la espalda, por lo que hay que tener en cuenta cuáles son los mejores ejercicios de core. Sin embargo, debemos tener precaución a la hora de programar los ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del núcleo. Si se prescribe un programa de fortalecimiento a una persona con mala estabilización o un control motor bajo, se pueden promover patrones de movimiento patológicos que podrían aumentar el dolor. El control motor es el proceso de generación y seguimiento inconsciente del movimiento. El cerebro desempeña un papel importante en la estabilidad de la columna a través de la capacidad de anticipación y de reacción, ayudado por los mecanismos de retroalimentación sensorial (como la propiocepción, la visión, etc.). Durante el movimiento, el cerebro ajusta inconscientemente las fuerzas internas y externas y anticipa los movimientos de las extremidades y del tronco.
Si nos centramos en el CORE, todo esto implica una preactivación de los músculos profundos del tronco. Cualquier movimiento de las extremidades está precedido por la contracción anticipada del CORE músculos estabilizadores, aportando así una base estable al movimiento.
Dentro del programa de fortalecimiento de la musculatura central, debemos incluir ejercicios de co-contracción, de equilibrio, de pliometría, entrenamiento propioceptivo y específico para las habilidades utilizadas en el deporte practicado.
La coactivación coordinada de los oblicuos internos, el transverso del abdomen y los oblicuos externos, crean un corsé de estabilización incluso en ejercicios que desplazan mucha carga, como el peso muerto. Todo esto unido a la regulación de la presión intra-abdominal y al control del suelo pélvico, generan la estabilidad espinal que precede a cualquier movimiento consciente. Este trabajo debe realizarse de manera conjunta, ya que el entrenamiento aislado podría producir descompensaciones.