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Por qué estudiar un Máster en Nutrición

Master en nutrición
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Nutrición, dietética y alimentación saludable son términos tan cotidianos que en nuestro día a día y en nuestro entorno más cercano siempre están presentes. ¿Te suenan? ¿Y a quién no? Los escuchamos constantemente, en el supermercado, al sentarse a la mesa para comer y en el gimnasio. También suenan en conversaciones del trabajo y en programas de radio y televisión. Y es que la alimentación está presente en todos los momentos importantes de la vida, como celebraciones, festividades y vacaciones.  Con la vuelta a la rutina ¿quién no muestra interés por intentar comer mejor para ganar en salud y bienestar?

Por este motivo se necesitan especialistas que nos ayuden a cumplir nuestros objetivos, como es el caso de los graduados en un Máster en Nutrición Clínica y Deportiva, capaces de concretar las especificaciones alimenticias de diferentes grupos de edad con diversa condición física para favorecer su bienestar.

¿Cómo ha evolucionado la nutrición?

El Doctor Daniel Ramón Vidal, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Premio Nacional de Investigación Juan de la Cierva en 2007, considera que en la década de los 70 nos importaba “la productividad”, mientras que en los años 80 primaba “la calidad”. A su vez, opina que en la década de los 90 lo importante era “la seguridad alimentaria”. Llegó el siglo XXI y –para Vidal- “la salud” es lo principal.

Fue en el siglo XX, con la revolución industrial, cuando la dieta cambió drásticamente. Por un lado, la tecnología permitió refinar productos, como el grano y el azúcar. Por otro lado, todo ello trajo consigo que se pudiera ampliar súbitamente la variedad de alimentos procesados existentes, así como su producción a gran escala. Esto es: 100.000 generaciones de Homo Sapiens fueron cazadores-recolectores; 500 han dependido de la agricultura; 10 generaciones han vivido desde el comienzo de la era industrial y tan sólo de dos a tres generaciones han crecido con alimentos procesados.

A día de hoy, el binomio alimento-salud, los factores socioculturales y las crisis alimentarias son elementos fundamentales a tener en cuenta a la hora de elegir un tipo de alimentación. Curiosamente, ante una avalancha de información de dietas y alimentos, gran parte de la población actual está desorientada y lleva una alimentación poco adecuada. Es este desequilibrio uno de los pilares que sustenta las enfermedades más frecuentes en nuestra sociedad: sobrepeso, hipercolesterolemia, diabetes o trastornos cardiovasculares, entre otras.

¿Por qué formarse con un Máster en Nutrición?

Aunque hoy en día existe multitud de información acerca de la relación entre la alimentación y la salud también es muy frecuente encontrar falsos mitos en torno a los alimentos y su uso. Además, cada día se confiere más importancia al ámbito de la nutrición en diferentes sectores, como el deporte, la educación o la sanidad. Así, observamos a diario situaciones de este tipo:

  • He cambiado de entrenador personal porque el anterior no conocía las recomendaciones dietéticas para mi disciplina deportiva.
  • Miro la composición de las etiquetas. ¿Y qué pone entre tantos nombres y letras E?
  • Muerdo un “nugget” comprado en el supermercado. ¿Por qué no sabe igual que el que le preparo a mi hijo? ¿Será bueno para el niño?
  • Los abuelos no tienen apenas dentadura. ¿Será mejor preparar un puré casero o una fórmula de la farmacia?
  • Soy auxiliar de farmacia y, a veces, me preguntan temas de nutrición que no sé responder.
  • Como fisioterapeuta me gustaría recomendar unas pautas alimentarias para mejorar el rendimiento deportivo.
  • Me siento con pocos ánimos y mi psicólogo me aconseja, entre otras cosas, cambiar la alimentación, pero no me indica nada específico.
  • Como dependienta de una herboristería los clientes cada vez me hacen más preguntas de dietética.
  • Soy técnico en educación infantil y al ver los menús del colegio, me gustaría conocer sus características nutricionales para saber qué alimentos no deben tomar.
  • He tenido una entrevista para cocinera en un catering y necesitaba formación en menús para comedores escolares y residencias de mayores.

Observamos demasiadas lagunas y un sinfín de dudas allí donde nos movemos. Cuando acudimos a otros profesionales siempre preguntamos qué relación tiene nuestro caso con la alimentación, y pedimos que nos orienten o desmientan lo que hemos leído o lo que nos han contado de terceros. Cada vez somos más exigentes.

Una tarea básica e importante, incluida en nuestro quehacer diario como personas, tutores, sanitarios y profesionales, es ayudar a los demás, contribuir a su bienestar físico, emocional y mental. Por tanto, si nos formamos en el área de la nutrición estaremos aportando salud a nuestros hijos, padres, abuelos, amigos, clientes o pacientes.

Un Máster en Nutrición para ofrecer un asesoramiento específico

Os planteo lo siguiente. ¿No os parece interesante saber de qué manera lo que comemos puede determinar nuestra salud? Porque es fundamental saber cómo estos alimentos sufren reacciones en nuestro interior, cómo generan energía suficiente para mantenernos activos para realizar unas u otras actividades, y para mejorar o empeorar trastornos e, incluso, hacernos más felices.

Para profesionales en salud, educación, hostelería, restauración, industria alimentaria, investigación y deporte es recomendable profundizar y actualizar conocimientos en alimentación. Un Máster en Nutrición ayuda a aprender las opciones dietéticas más adecuadas en el deporte, en poblaciones de riesgo, como son los niños y los ancianos, pudiendo ofrecer pautas específicas que contribuyan a su desarrollo personal.

Además, estudiar un Máster en nutrición pediátrica, geriátrica o deportiva contribuye a mejorar las condiciones laborales, a conocer profesionales relacionados con el sector, a ampliar la red de contactos y a reorientar una carrera profesional. Es, en definitiva, una inversión de futuro.

El ser humano siempre se ha preocupado por la calidad y el origen de los alimentos que ingiere, así como por los efectos sobre la salud que se derivan de su consumo. Nuestros hábitos alimentarios son reflejo de nuestra cultura. Es primordial ayudar a conservar estos aspectos a través de una alimentación equilibrada.