La función cognitiva se puede definir como el conjunto de procesos mentales que realizamos los seres humanos para llevar a cabo una tarea o una conducta, interactuando con el entorno con el fin de poder interpretarlo. Asimismo, se puede establecer una clasificación sobre funciones cognitivas básicas y superiores, aunque en el ámbito psicológico también se les denomina funciones cognitivas de primer y segundo orden, que en sí significan lo mismo.
Las funciones cognitivas básicas son la percepción, atención y memoria. Incluso hay algunos autores que consideran la función ejecutiva dentro de esta categoría. Las funciones cognitivas superiores son el pensamiento, lenguaje y resolución de problemas. Estas últimas no pueden desarrollarse si están afectadas las de primer orden, ya que si la persona tiene, por ejemplo, un déficit de atención, le será más complicado poder dar solución a un problema.
De esta manera, las funciones cognitivas se van implementando a medida que se desarrolla el encéfalo. Mientras que las funciones cognitivas básicas se desarrollan hasta la adultez, a medida que pasan los años van deteriorándose progresivamente, aunque en general no tienden a darse cambios reseñables que afecten a la vida cotidiana de las personas.
Sin embargo, existen enfermedades que causan un desarrollo anormal y patológico de déficits cognitivos. Ejemplos de este tipo de patologías son las demencias, como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy, entre otras. Los trastornos cognitivos también pueden verse provocados tumores, enfermedades bacterianas o accidentes cerebrovasculares (ACV) como ictus o hemorragias que pueden causar un déficit irreversible a este nivel.
Uno de los profesionales que ayudan a las personas con estas patologías es el Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia (TAPSD), encargado de trabajar las estimulación cognitiva con adultos, favoreciendo el desarrollo de aquellas funciones que se han visto afectadas por un proceso degenerativo. De esta manera, permitirá que el paciente pueda comunicarse y relacionarse con los demás de manera autosuficiente.
Ejercicios de estimulación cognitiva
En los últimos años, la psicología, o más específicamente la neuropsicología, ha estado evaluando e investigando cómo la psicoestimulación puede paliar los déficits cognitivos en este tipo de enfermedades. En las demencias, por ejemplo, se ha demostrado que la estimulación cognitiva es lo más efectivo para frenar la sintomatología, aunque no puede revertir los síntomas.
Para ello, los psicólogos han elaborado diferentes programas de entrenamiento en psicoestimulación donde, gracias a varios tipos de ejercicios, se ayuda a que las personas que padecen este tipo de enfermedades sean capaces de realizar actividades de la vida cotidiana sin dependencia de otras personas:
- Ejercicios de estimulación en la orientación temporal: reconocer las partes del día, la hora, el día, el mes, la estación y el año.
- Ejercicios de estimulación en la orientación espacial: reconocer el lugar actual, la habitación, la planta, el barrio, la ciudad o el país.
- Ejercicios de estimulación en la percepción y atención: actividades de escucha, sopas de letras, puzzles, preguntas sobre textos leídos, localización de figuras ocultas, búsqueda de imágenes iguales.
- Ejercicios de estimulación en la memoria: esconder objetos, hacer listados de palabras relacionadas, asociar pares, describir imágenes que se han visto o recordar historias breves.
- Ejercicios de estimulación del lenguaje: ordenar palabras para escribir una frase, completar frases con la palabra adecuada, relacionar imágenes con palabras o buscar sinónimos.
- Ejercicios de estimulación para trabajar el pensamiento: saber identificar los pensamientos distorsionados y analizar qué hay de irracional o negativo en ellos, sustituyéndolos después por pensamientos racionales o positivos.
Vista la importancia de la estimulación cognitiva en personas mayores, aquellos profesionales interesados en prestar su apoyo a personas en situación de dependencia en este ámbito podrán formarse para ello con la FP de TAPSD a distancia, pudiendo combinar sus estudios con el trabajo o la vida personal.