Durante los primeros años la higiene del bebé va a depender de los adultos y de los profesionales como el Técnico Superior en Educación Infantil, ya que estos pequeños no pueden hacer nada por ellos mismos. Por lo tanto, los mayores serán los encargados de realizar todos los hábitos de higiene y cuidados para el bienestar de estos.
El objetivo principal de la higiene infantil es proteger al cuerpo de agentes tóxicos o infecciosos, contribuyendo a la mejora del bienestar del niño. Por otro lado, los especialistas, sobre todo el graduado en Educación Infantil a distancia, deberán tener en cuenta la higiene ambiental, es decir, la limpieza de los espacios y materiales donde los más pequeños desarrollan sus actividades.
A la hora de llevar a cabo el aseo del bebé se deberá hacer hincapié en unas series de medidas de hábitos de higiene para paliar algunos problemas como las rozaduras del pañal o que los pequeños no puedan respirar bien durante la lactancia por los mocos. Algunos de estos consejos son aplicables también a los cuidados del recién nacido en el ámbito hospitalario.
La higiene infantil en el baño
El primer paso para llevar una correcta higiene infantil en el baño es establecer siempre la misma hora de aseo del bebé. Lo más recomendable es que esta actividad se desarrolle por la noche, ya que tras el baño, los pequeños se relajan y están más preparados para el descanso. Por otro lado, es importante tener todos los materiales a usar preparados y asegurarse de que la temperatura del agua oscile entre los 23 y los 25 grados.
El segundo paso para la higiene del bebé en el baño es usar una bañera especial, una más pequeña. Igualmente, no hay que llenar la bañera a más de 15 centímetros de altura. Para introducir al pequeño en el agua, el adulto deberá sostener con un brazo al bebé, de manera que la cara interna del codo sujete su cabeza y las manos lleguen al culito del pequeño.
Una vez que se finaliza el aseo del bebé hay que cubrirlo con una toalla, dándole importancia a la cabeza, ya que es la parte del cuerpo donde se concentra mayor calor corporal. Antes de vestir al pequeño hay que asegurarse de que esté bien seco, sobre todo por los pliegues para evitar escoceduras u hongos.
Hábitos de higiene para el ombligo del bebé
Otro de los hábitos de higiene que hay que llevar a cabo en el cuidado del bebé es el relacionado con el ombligo. Tras el parto el cordón umbilical tarda en desprenderse entre ocho y diez días. Una vez ocurrido esto, aparecerá una herida, la cual cicatriza en tres o cinco días después de la caída. Los adultos deberán curar durante ese tiempo el ombligo con alcohol y mantenerlo seco, protegido y tapado para evitar cualquier tipo de infección.
El aseo del bebé y la limpieza nasal
En el aseo del bebé también es importante la limpieza nasal. Los especialistas recomiendan a los padres limpiar la nariz después del baño, ya que el vapor y el agua caliente disuelve los mocos, haciendo que estos sean más fáciles de extraer. Aunque también existen otros métodos como el suero fisiológico y los aspiradores nasales.
El suero fisiológico es el método más recomendado por los pediatras en la higiene del bebé. Su objetivo consiste en ayudar a deshacer los mocos para que los pequeños puedan expulsarlos. Por otro lado, el aspirador nasal es un aparato formado por un tubo de goma con un aplicador que se introduce en la nariz del bebé para aspirar y dejar las secreciones en la cápsula intermedia.
La limpieza de oído y ojos en la higiene infantil
La limpieza de oído y de los ojos en la higiene infantil es un punto a tener en cuenta por los adultos. En relación a la primera, los bebés pueden producir algo de cerumen, pero eso no quiere decir que sus oídos estén sucios, incluso en algunos casos intentar quitarle la cera puede provocar un efecto contrario, creando un tapón en los más pequeños.
Para un correcto aseo del bebé en los oídos, los expertos recomiendan evitar el uso de los bastoncillos u objetos alargados, ya que se puede dañar el tímpano. Por otro lado, solo se podrá limpiar la parte externa utilizando una gasa humedecida y con movimientos hacia fuera.
Respecto a la higiene del bebé en los ojos, los padres tendrán que tener en cuenta que estos también generan mucosidad en estos órganos, sobre todo en las mañanas. Por ello, la limpieza de los ojos es fundamental para prevenir diferentes patologías como la conjuntivitis o los lagrimales obstruidos.
Los ojos de los bebés se han de limpiar con toallitas estériles o una gasa empapada en suero fisiológico, nunca con agua de manzanilla por el riesgo de reacciones alérgicas. El movimiento para adecentarlos siempre será en sentido del ángulo interno del ojo hacia el externo y es importante usar una gasa para cada ojo. Finalmente, los adultos deberán secar los ojos del pequeño.
La higiene bucal en el aseo del bebé
La dentición en bebés es uno de los puntos más importantes de la higiene infantil. De hecho, los primeros dientes de los pequeños necesitarán de unos hábitos de higiene controlados. Para realizar una correcta limpieza bucal se deberá colocar al niño boca arriba sobre una superficie horizontal con la cabeza de lado y le abriremos la boca presionando ligeramente la mandíbula.
El siguiente paso será introducir una gasa seca con el dedo índice en forma de gancho para extraer las secreciones de la boca y con otra gasa humedecida se repasará la lengua y el resto de la boca. Por otro lado, en el aseo del bebé en la boca hay que tener en cuenta que cuando le comience a salir los dientes se empleará un cepillo para limpiar la zona bucal.
Cortar las uñas y cambiar el pañal en la higiene del bebé
Hay dos puntos significativos que tanto los padres como los profesionales de la educación tienen que tener en cuenta para llevar a cabo una correcta higiene del bebé: cortar las uñas y cambiar los pañales. En la primera acción es muy importante, ya que mantener una buena limpieza de las uñas previene que los pequeños puedan arañarse o infectarse con las uñas.
Para cortar las uñas se usará una tijera que tenga los bordes romos. Igualmente, el corte de las uñas de los pies a de ser recto, mientras que el de las manos en curvo, procurando en ambos casos, no cortar al límite de la piel para evitar que las uñas se claven en el dedo. Repitiendo la acción semanalmente.
En la segunda acción, al igual que el aseo del bebé en el baño hay que tener los materiales a utilizar a mano. Antes de poner otro pañal los adultos deberán limpiar muy bien la zona, que se hace de forma diferente en los niños y en las niñas. En los niños este aseo se efectúa desde los muslos hasta el pene poniendo especial atención en la zona de los testículos, ya que, al ser rugosa la piel que los cubre, pueden quedar en ella restos de orina o heces. Mientras que en las niñas la limpieza se debe hacer siempre de delante hacia atrás, para evitar extender bacterias de los intestinos en la vejiga o la vagina.