En este Máster descubrirás las claves de la educación emocional en niños de 0 a 6 años para ayudarles a desarrollar su inteligencia emocional.
En situaciones de conflicto, los procesos judiciales suelen ser lentos y costosos para las partes, por lo que muchas veces se buscan otras vías con validez jurídica que aporten soluciones más rápidas. En este contexto, muchas personas encuentran dificultades a la hora de distinguir entre qué es la mediación, la conciliación y el arbitraje.
La figura del mediador es una de las más demandadas en este tipo de situaciones, especialmente en el ámbito familiar. Este profesional suele favorecer que las partes alcancen un acuerdo con permanencia en el tiempo, ya que son ellas mismas las que ofrecen soluciones basándose en la situación que están viviendo y sus necesidades.
En el Máster en Mediación Familiar y Gestión de Conflictos se aprenden las claves para llevar a cabo una mediación efectiva en diferentes situaciones, así como las habilidades necesarias para la gestión del conflicto a través de la comunicación y la gestión de las emociones.
¿Qué es la mediación?
La mediación es un proceso de negociación entre dos o más partes en conflicto a través del cual se pretende favorecer que las partes lleguen a un acuerdo que sea razonable para todos. En este proceso, el mediador no se posicionará por ninguna de las partes ni aportará una solución propia, se presentará en la mediación como un tercero imparcial.
Su labor consiste en emplear sus habilidades comunicativas para conducir la sesión explicando las posiciones de ambas partes, traduciendo estados de ánimo y tratando de evitar el conflicto. En la mediación, las partes serán las encargadas de ofrecer soluciones que puedan ser válidas para sí mismas y para el otro, avanzando hacia una solución consensuada.
Diferencia entre mediación y conciliación
Muchas personas no comprenden la diferencia entre mediación y conciliación y esto se debe a que existen algunas características comunes entre ambos procesos de negociación. La primera es el objetivo, que consiste en conseguir que las partes lleguen a un acuerdo sin agotar la vía judicial. Otra se centra en el proceso, que es muy parecido en ambos procedimientos pero cuenta con diferencias significativas.
Por un lado, la principal diferencia radica en la propia figura de este profesional, ya que mientras que el mediador no opina y aporta soluciones concretas a las partes, el conciliador escucha los testimonios y propone soluciones que puedan ser justas con ambos intervinientes, que pueden aceptarlas o no hacerlo.
Entre los profesionales que se dedican a este tipo de procesos, existe la creencia de que la mediación tiene una mayor probabilidad de éxito tras completar el proceso, ya que son las propias partes las que han ofrecido las soluciones, estando de acuerdo y conociendo en profundidad las razones y contexto del conflicto. Sin embargo, la conciliación es una vía muy recomendable para aquellas personas que no son capaces de mantener una relación formal.
¿Qué es el arbitraje?
Otra alternativa al proceso judicial es el arbitraje, que se emplea para la resolución de conflictos de tipo mercantil. Este proceso es elegido por las partes de manera voluntaria cuando encuentran un conflicto en sus intereses, ofreciendo una vía más rápida de resolución del conflicto en la que el árbitro, experto en el tema a tratar, dirige la resolución según su opinión de la que debe ser la opción más conveniente de las partes.
Ventajas del arbitraje
- Rapidez. El proceso es sencillo y por tanto los plazos procesales son más breves, con una duración máxima de tres meses.
- Voluntariedad. Las partes se someten voluntariamente al arbitraje para reducir el procedimiento evitando la vía judicial.
- Confidencialidad. Los procesos arbitrales son confidenciales y toda la información vertida durante el proceso no puede ser desvelada.
- Flexibilidad. Las partes pueden pactar las condiciones del acuerdo final.
Finalmente, mediación, conciliación y arbitraje guardan grandes parecidos, desde su objetivo de llegar a un acuerdo sin pasar por la vía judicial hasta el funcionamiento a través de una figura de un tercero imparcial que medie entre las partes para conseguir llegar a una conciliación que sea óptima para todos. Cada conflicto requerirá de un profesional diferente para alcanzar los resultados más deseados.