Las habilidades sociales son imprescindibles en el día a día de cualquier persona, favoreciendo que las relaciones interpersonales en el trabajo, la familia o el grupo de convivencia se desarrollen de la manera más fluida posible.
Existe la creencia de que dichas destrezas sociales son innatas, es decir, que se tienen desde el nacimiento y no se pueden cambiar. Sin embargo, esta idea es errónea, ya que es posible trabajarlas para desarrollar aquellas que interfieren negativamente en las relaciones con otras personas.
En este contexto, el Técnico Superior en Integración Social conoce las claves para enseñar a los usuarios a trabajar las habilidades sociales en las que presentan carencias. A través de este desarrollo personal les ayudarán a relacionarse con su entorno social de manera autónoma para favorecer su correcta inserción en los grupos de convivencia.
¿Qué son las habilidades sociales?
Las habilidades sociales son las herramientas que el individuo utiliza para relacionarse con su entorno. Se constituyen en un conjunto de conductas que presenta un individuo a la hora de expresar emociones, sentimientos, opiniones o necesidades y que deben adecuarse al contexto de la situación, ofreciendo soluciones a problemas y reduciendo la posibilidad de aparición de otros nuevos.
En este punto es preciso distinguir entre habilidades sociales básicas, que se desarrollan en los primeros años de vida de la persona (escuchar, presentarse, dar las gracias, iniciar una conversación) y las habilidades sociales avanzadas, que se trabajan progresivamente en el avance hacia la adultez.
Las habilidades sociales básicas se adquieren mediante la observación de las conductas de otras personas y la copia de dichos comportamientos. Este tipo de comportamientos se aprenden de forma involuntaria y, por tanto, no suponen un esfuerzo para el individuo.
Por su parte, las habilidades sociales avanzadas (asertividad, empatía, inteligencia emocional, escucha activa, negociación) aunque también tienen un componente adquirido de manera involuntaria, deben trabajarse de forma activa para conseguir mantener relaciones interpersonales sanas y, por consiguiente, favorecer la felicidad del individuo.
¿Cómo se pueden trabajar las habilidades sociales?
La adquisición de habilidades sociales constituyen un proceso que viene condicionado por dos factores: las experiencias y el aprendizaje del entorno. El Técnico Superior en Integración Social a distancia trabajará con determinados colectivos que, por diferentes motivos, se encuentran en una situación de vulnerabilidad o exclusión. Es por este motivo por el cual debe conocer algunas de las técnicas para trabajar dichas destrezas sociales.
Técnica de modelado
La técnica del modelado trata de favorecer el aprendizaje de una conducta o comportamiento de manera gradual, reforzando en repetidas ocasiones pequeñas mejoras o conductas que se aproximen al comportamiento objetivo. En vez de esperar a que se produzca el comportamiento objetivo final y reforzarlo, se van reforzando aquellas conductas que se asimilan a ese objetivo. Esta técnica es usada, sobre todo, como método para facilitar el aprendizaje de destrezas sociales que las personas aún no tienen.
Técnica de encadenamiento
Esta técnica de desarrollo de habilidades sociales pretende desencadenar conductas a partir de otras que ya se tienen en el propio repertorio conductual y que se acercan a la conducta objetivo. Este método se utiliza en conductas que el sujeto conoce pero no sabe cómo las puede hacer: por ejemplo, controlar las pausas y la respiración a la hora de hacer un discurso.
Contrato de contingencias
Un contrato conductual es un acuerdo en el que dos personas formalizan a través de un escrito cuáles son las conductas que deberán realizar ambas partes y cuáles serán las consecuencias de estos comportamientos. Por tanto, este contrato implica un intercambio de recompensas hacia todas las conductas o comportamientos que estén establecidas en el contrato, sin necesidad de que sea muy extenso o complicado.
Cuanto más simple y sencillo sea el contrato, mejor rendimiento habrá para ambas partes. Este documento debe ser lo más específico posible para que no haya lugar a duda y así se puedan cumplir todas las conductas estipuladas. En el acuerdo es muy recomendable incluir los siguientes apartados:
- Quién debe realizar las conductas y quién va a dar la consecuencia.
- Qué conductas deben darse y cuándo deben hacerlo.
- Las propias características de la conducta (duración, intensidad, personas que pueden estar involucradas, etc).
- Cuáles son las consecuencias del cumplimiento o incumplimiento de las conductas.
Siempre es recomendable escribirlo en términos positivos, que animen a cumplir la conducta deseada. Un ejemplo: si se pretende mejorar la respiración en un discurso, sería “Mantener una pausa de un segundo cada 8 segundo aproximadamente”, en vez de “No dejar de respirar un segundo cada 8 segundos aproximadamente”.
Se debe firmar el contrato por las partes implicadas, de forma que se enfatice lo que se pretende buscar con el contrato de contingencias y para que se asegure que no existirán posibles interpretaciones de lo hablado.
En definitiva, desarrollar las habilidades sociales en personas que presentan determinadas carencias es una tarea que supone, en primer lugar, hacerlas conscientes de la necesidad de desarrollar dichas destrezas sociales.
Una vez conseguido este primer punto, será necesario ir haciendo pequeños cambios conductuales de manera progresiva. Dichos cambios conseguirán marcar la diferencia en sus relaciones interpersonales a todos los niveles.