El colectivo de personas discapacitadas conforma un grupo bastante numeroso de población, sin embargo más del 74% no tiene trabajo. Alguno de ellos son más dependientes, pero otros son más autónomos, con ciertas limitaciones, pero con múltiples capacidades y potenciales que pueden contribuir a la inserción laboral de personas con discapacidad.
La estructuración de la sociedad es compleja en cuanto a la organización laboral y al aspecto inclusivo, lo que afecta en gran medida a este colectivo, ya que se encuentra con múltiples dificultades, es apartado y en líneas generales, excluido del sistema. Los derechos básicos de inclusión no son suficientes, ya que la legislación actual que ampara a las personas con discapacidad no se tiene muy en cuenta.
Es importante contar con profesionales que centren sus esfuerzos en conseguir la integración laboral de las personas con discapacidad, con el objetivo de alcanzar una mayor igualdad de oportunidades de este colectivo. De esta labor se encargará el Técnico Superior en Integración Social.
Reto social de la integración laboral en personas con discapacidad
La realización personal es lo que mueve a las personas. Llegar a ser independientes, conseguir un trabajo o tener un sueldo decente que permita vivir sin preocupaciones son algunos de los objetivos que cualquier persona tiene.
Por ello, el reto social de la inserción sociolaboral en jóvenes, y en general, sería favorecer la integración social de personas con discapacidad en el mundo laboral con las mismas condiciones que el resto de la población, tanto en número de horas, número de días y salario al igual que en empresas donde la proporción de personas sin discapacidad sea mayor.
Se entiende que no es algo sencillo de llevar a cabo, ya que las capacidades determinarán si la persona es apta o no para un cargo concreto, por lo que habrá que valorar si la discapacidad es compatible o no con la labor a desempeñar y en caso de que no lo sea, poder garantizar una serie de ayudas para esas personas, adaptando las funciones para que puedan desempeñarlas de manera óptima.
El centro ocupacional como herramienta para la integración laboral de personas con discapacidad
El proceso de acceso al empleo normalizado no es fácil para las personas con discapacidad. Existen múltiples pasos a seguir antes de llegar a la fase final del proceso de selección, esto es, a la fase de empleo social normalizado e integrado. Lo verdaderamente ideal sería que las personas con discapacidad pudieran encontrarse con tasas de desempleo similares a las del resto de la población, pero la realidad es bastante diferente.
En este sentido, se pueden encontrar diversos centros, asociaciones y entidades que se encargan en gran medida de regular, formar y orientar a las personas el proceso de integración. Uno de ellos es el centro ocupacional, una entidad especial de empleo que favorece el incremento de la integración laboral de personas con discapacidad.
Según la Ley General de Discapacidad (LGD), la finalidad de un centro ocupacional es la de proporcionar los servicios de terapia ocupacional y ajuste personal y social a las personas con discapacidad que no puedan integrarse en una empresa o en un Centro Especial de Empleo dada su condición.
En este sentido, el Centro Especial de Empleo es aquel que tiene como objetivo la realización de un trabajo productivo asegurando empleo remunerado y prestando ajuste personal y social a una plantilla de trabajadores con discapacidad o minusvalía. El modelo de inserción laboral de personas con discapacidad se basa en la integración total y está remunerado desde el primer momento, sin rechazos, sin entrenamiento previo, con derechos y con apoyos flexibles.
Elementos de ayuda útiles para la inserción laboral de personas con discapacidad en las empresas
La forma de presentar a la persona con discapacidad como válida para la empresa es fundamental. Por ello, es importante el contacto con el empresario y la planificación de las tareas, donde se expondrán los compromisos, derechos y deberes, tanto del empresario como del trabajador.
El diseño y análisis de tareas va a permitir al trabajador conocer cuáles son aquellas labores que van a representar mayores retos o dificultades, por ello es importante modificar o descomponer estas tareas en otras más fáciles que ayuden al entrenamiento del trabajador. Además, se puede llegar a la opción de rediseñar ciertas tareas para que entrañen menos dificultad y sean más adecuadas para el trabajador.
En este sentido habrá que tener un especial tacto para no remarcar exageradamente diferencias de capacidades entre los trabajadores y así evitar una discriminación. Es importante recordar que el principal objetivo es el de normalizar la inserción laboral de las personas con discapacidad, logrando su integración en equipos de trabajo de manera igualitaria.
El entrenamiento de la autonomía personal es fundamental, aunque el trabajador deberá contar con la asistencia y ayuda del resto de los compañeros en la medida de lo posible. El objetivo final es conseguir un distanciamiento progresivo de la asistencia, de manera que el trabajador experimente una inclusión gradual.
¿Qué logros deben orientar las acciones de inserción laboral para personas con discapacidad?
Es importante que las personas con discapacidad cuenten con ayuda de un Técnico Superior en Integración Social a distancia, con el objetivo de ser orientadas en todos los aspectos relativos a la inserción laboral. Para ello, existen una serie de indicadores de logro a tener en cuenta en este tipo de programas de integración laboral:
- Aumento de los salarios de manera sean lo más dignos posibles e incrementen el poder adquisitivo. Todo ello favorecerá enormemente la autonomía personal.
- Aumento de las habilidades o modificación de las mismas. De esta manera se generan nuevas acciones que dan posibilidades a otras realidades, al desempeño de una labor.
- Aumento de las oportunidades profesionales, abriendo el mercado laboral para trabajadores con discapacidad.
- Aumento en la variedad de empresas o negocios con presencia de personas con discapacidad, de manera que no solamente se incrementen las posibles tareas a desarrollar sino también los tipos de negocios en los que podamos encontrar presencia de trabajadores.
- Aclaración de intereses y capacidades, teniendo en cuenta siempre a la persona y permitiéndole expresarse y opinar en cada momento.
- Aumento de las oportunidades de interacción de manera que los ambientes de trabajo en los que se encuentra la persona con discapacidad y las tareas que desarrolle no le mantengan aislado.
Sin duda, aún queda mucho por hacer en el terreno de la integración laboral de personas con discapacidad. Por ello, la labor de los integradores sociales es la de visibilizar esta brecha en el ámbito profesional y fomentar el aumento de la presencia de estas personas en diferentes sectores productivos, normalizando la discapacidad y eliminando poco a poco barreras sociales.