FP Sociocultural

Inserción sociolaboral para jóvenes en situación de riesgo

Grupo de jóvenes trabajadores reunidos en un espacio distendido

En los últimos años, nuestro país atraviesa una situación social complicada. La fuerte crisis económica que comenzó en 2007, ha dejado ante nosotros problemas sociales ineludibles que requieren soluciones urgentes. Como consecuencia de esta situación financiera, el umbral de pobreza aumentó, dejando a algunos colectivos más vulnerables que sufren significativamente esta crisis y necesitan más ayudas sociales. Entre ellos se encuentran personas dependientes, infancia, tercera edad y jóvenes en riesgo de exclusión social que necesitan ayuda en la inserción sociolaboral. Por ese motivo, la Integración Social es un objetivo de Atención Prioritaria en el contexto actual social, dado el continuo cambio de nuestra Sociedad.

¿Qué es la inserción sociolaboral?

El concepto de inserción sociolaboral se utilizó por primera vez para analizar la elevada tasa de desempleo de los jóvenes en países industrializados. Su origen tiene lugar en el Informe Schwartz de 1985, donde se utilizaba este concepto como un tránsito de los jóvenes, hacia la vida adulta.

Este término engloba dos conceptos, el de inserción social, que se refiere a la integración de un individuo en un grupo social y por otra parte el de inserción laboral, que se centra en la inclusión en el mercado laboral de aquellas personas que encuentran dificultades para hacerlo por sus propios medios, ya sean jóvenes en riesgo de exclusión social, adultos mayores, minorías étnicas o víctimas de violencia de género.

Una de las características de las personas, es que somos seres sociables desde que nacemos. Estamos preparados y necesitamos vivir en sociedad e interactuar con nuestros semejantes en diversos ámbitos de la vida, como la familia, amigos, trabajo, educación, convivencia… El trabajo es uno de los aspectos vitales en este aspecto, porque dignifica y da rumbo a nuestras vidas. Por esta razón, el trabajo es tan importante para todos, en especial para garantizar la inserción sociolaboral de los diversos colectivos que se encuentran en riesgo de exclusión. Dentro de estos colectivos, pondremos la vista en los más jóvenes, porque son el futuro y suelen encontrar problemas a la hora de meter el pie en el mercado laboral.

El integrador social, una figura fundamental

Como se observa, hay numerosas leyes, ayudas y oportunidades a nivel social y laboral para la población que se encuentra en alguna situación de riesgo, especialmente para jóvenes en riesgo de exclusión social, que cuentan con numerosos programas de inserción laboral a nivel europeo o autonómico.

En esta lucha por la inclusión sociolaboral para jóvenes, hay una implicación de las administraciones públicas y entidades privadas. Pero existe una figura clave en este proceso, que llevará a la práctica todas estas medidas y es el integrador social. Este profesional será el encargado de reconducir la situación de los jóvenes tanto a nivel social como laboral, según las pautas que dicte la ley.

El integrador social forma parte de un equipo interdisciplinar que está en contacto directo con las personas en situación de riesgo y exclusión social. Aplicando estrategias y programas para lograr la plena incorporación de estas personas, a la vida social y laboral, desde todos sus ámbitos. Sus funciones principales serán, entre otras:

  • Identificar situaciones de riesgo y/o necesidades según los diferentes colectivos.
  • Hacer un análisis previo del contexto sociocultural y económico, antes de iniciar el programa de inserción.
  • Gestionar recursos y dirigir actividades socioeducativas, sociolaborales, de autonomía personal…
  • Diseñar estrategias metodológicas, pautas de actuación y plan de intervención.
  • Dotar a estas personas de las herramientas necesarias para lograr su plena incorporación y participación en la vida socio-laboral, con las mismas oportunidades.

Funciones del integrador social con jóvenes en riesgo de exclusión

En el ámbito de la inserción sociolaboral con jóvenes, el integrador social será una figura clave, actuando como una persona amiga que le enseñe a este colectivo las posibilidades que se presentan ante ellos, ayudándoles a descubrir su vocación, motivaciones e intereses para encontrar un trabajo acorde a aquello que les apasiona. Entre los principales puestos que suele desempeñar con jóvenes en riesgo de exclusión social se encuentran:

  • Técnico en talleres ocupacionales de integración laboral. 
  • Técnico en orientación y acompañamiento laboral con parados de larga duración, colectivos desfavorecidos, víctimas de violencia de género, inmigrantes, o población exreclusa.
  • Técnico en inserción e integración social con personas dependientes, colectivos minoritarios como inmigrantes, minorías étnicas, etc.
  • Educador familiar y auxiliar de tutela en centros de acogida de menores.
  • Monitor/a de personas con discapacidad en centros educativos y servicios sociales.
  • Educador psicosocial en centros residenciales y viviendas tuteladas.
  • Trabajador/a de apoyo psicosocial domiciliario.

La inserción sociolaboral de los jóvenes, una tarea de todos

Como ya hemos visto, el papel del integrador social es fundamental para llevar a cabo los programas y estrategias para la inserción sociolaboral de los jóvenes, siempre partiendo de las características de estas personas como sus preferencias, motivaciones, habilidades y su contexto.

Entre las medidas económicas está la Estrategia Europea 2020, que propone que Europa crezca de forma inteligente, sostenible e integradora. En ella se presenta un enfoque multidimensional de la pobreza, es decir, no sólo es pobre el que no tiene dinero si no aquel que su calidad de vida es paupérrima (educación, sanidad, participación social…).

En ella, Europa destinó para el periodo 2014–2020, 80.000 millones de euros del Fondo Social Europeo (FSE). A España le corresponden 7.589 millones de euros, que serán gestionados a través del Plan Nacional de Inclusión Social (PNAIN). Sin embargo, además de medidas económicas también son necesarias ayudas educativas, ofreciendo diversas opciones según el contexto de jóvenes con los que se trabaje.

Como decía Horace Mann: “La educación, más que cualquier otro recurso de origen humano, es el igualador de las condiciones del hombre, el volante de la maquinaria social.” De esta manera, ya se observa un cambio gracias a la educación desde el punto de vista social, hay un gran avance en la aceptación de los diversos colectivos, anteriormente excluidos.

Finalmente, esta es una situación que afecta a todos y a la que cada uno debe dar respuesta desde su posición, ya que hoy en día, es el gran reto al que se enfrenta nuestra sociedad: superar la exclusión en todos sus ámbitos, es decir: queremos un mundo para todos y con todos, y esto es posible gracias a la educación, con titulaciones como el Grado Superior de Integración Social a distancia que educan a los jóvenes en una sociedad más equitativa y justa.