FP Deporte

Las bebidas energéticas en el deporte: su composición y sus efectos

Por Marina Romero
Primer plano de la mano de un hombre sujetando una bebida energética

En las últimas décadas, las bebidas energéticas se han ganado un hueco en el mercado, existiendo una gran diversidad de marcas que las comercializan. Además su consumo en la sociedad es imparable, según diferentes estudios, aproximadamente un 30,9% de los jóvenes consumen de forma semanal este tipo de producto.

Estos refrescos comenzaron a venderse a mediados de los años 90 y, a día de hoy, el consumo de las bebidas energéticas en el deporte está muy extendido en disciplinas como el triatlón o aquellas que requieran un desgaste físico. Por ello, es necesario acudir a profesionales como el Técnico Superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva para conocer los efectos que tienen estos productos en el rendimiento deportivo.

¿Se mejora el rendimiento deportivo con bebidas energéticas?

En su origen, las bebidas energéticas fueron diseñadas exclusivamente para deportistas, con la promesa de mejorar el rendimiento deportivo en las disciplinas que requerían más esfuerzo. De esta forma, son muchos los atletas que las consumen de forma controlada, sin embargo, esta práctica también se produce cada vez más fuera del ámbito deportivo, llegando a perjudicar a la población.

Por otro lado, algunos expertos aseguran que la composición de bebidas energéticas ayudan al rendimiento, pero las personas que recurren a ellas deberán saber que el consumo habitual o abuso de este tipo de bebidas es perjudicial para la salud. En este sentido, no debe asociarse una práctica saludable y beneficiosa como el deporte con el consumo explícito de estas bebidas.

Además, los profesionales del deporte, como el Técnico Superior en Enseñanza y Animación Deportiva a distancia, también deberán conocer los efectos de las bebidas energéticas, ya que estas no cumplen una función hidratante y pueden llegar a provocar el efecto contrario.

 

Los efectos de las bebidas energéticas

El uso de las bebidas energéticas en el deporte suscita diferentes opiniones entre la población. Los partidarios de su consumo habitual sostienen que hay numerosos beneficios, mientras que los detractores alegan graves efectos de las bebidas energéticas para la salud. Los beneficios que generalmente se atribuyen a las bebidas energéticas son los siguientes:

  • Incremento del rendimiento deportivo. Estos productos disminuyen el cansancio en ejercicios de resistencia de mediana intensidad e incrementa la concentración y la velocidad de reacción durante la ejecución de los mismos.
  • Aceleran el metabolismo. Un efecto principalmente atribuido a la cafeína, que incrementa el metabolismo energético en reposo.
  • Aumento de energía. En realidad las bebidas energéticas no son energizantes, sino estimulantes. Esto se produce por la cafeína que ejerce un efecto directo sobre el sistema nervioso central, creando una falsa sensación de vitalidad y disminuyendo la percepción de esfuerzo físico.

Por otro lado, son muchos los efectos de las bebidas energéticas que pueden ejercer sobre la salud del deportista. Aunque ningún componente por sí solo entraña riesgo, sí lo puede ocasionar su consumo combinado y excesivo. Es cierto que no existen estudios que hayan demostrado que el consumo de bebidas energéticas sea nocivo, pero se pueden convertir en un problema si se abusa de ellas.

Otro de los puntos críticos de las bebidas energéticas es su excesivo contenido en cafeína y su elevado aporte calórico, muy superior, por ejemplo, al de los refrescos de Coca Cola. La cantidad de azúcar en estas bebidas prácticamente triplica la porción diaria recomendada en una sola lata, enmascarada bajo la palabra energía. Además, estos dos componentes pueden dar lugar a un hábito adictivo.

Igualmente, no hay que olvidar que los estimulantes que contiene la composición de bebidas energéticas (taurina o guaraná) elevan la tensión arterial e incrementa el ritmo cardíaco, unos efectos que pueden agravarse en deportistas con patologías sin síntomas aparentes. Por último, las bebidas energéticas, al mezclarse con alcohol, pueden potenciar sus efectos y generar ansiedad o taquicardias.

La composición de las bebidas energéticas

Los profesionales que quieran aconsejar de manera adecuada sobre estos productos a sus clientes tendrán que conocer la composición de las bebidas energéticas:

  • Glucuronolactona. Es un carbohidrato derivado del metabolismo de la glucosa en el hígado sin efectos secundarios. Tiene como misión colaborar en la síntesis de la vitamina C y funciona como detoxificante del organismo. Además, forma parte de la estructura de casi todos los tejidos conectivos y, por tanto, se encuentra en cantidades más bajas en alimentos de forma natural que en las bebidas energéticas.
  • L-Carnitina. La carnitina se muestra como un agente esencial en la oxidación de ácidos grasos y presume de que su suplementación puede mejorar la capacidad de oxidación de los mismos durante la contracción muscular. No obstante, aún existe controversia debido a la falta de estudios concluyentes en relación a las respuestas metabólicas que origina y la cantidad de dosis recomendada dentro de las bebidas energéticas.
  • Inositol. La función principal del inositol es la degradación de grasa en el cuerpo. Además, junto con determinados neurotransmisores, interviene en la transmisión neuronal. Este compuesto se agrega a las bebidas energéticas porque es eficiente en la conversión de nutrientes en energía y por su efecto edulcorante. Entre sus efectos secundarios el más destacable es la aparición de diarrea cuando es consumido en grandes dosis.
  • Xantinas. En la composición de bebidas energéticas se encuentran teofilina, cafeína y teobromina. Las xantinas relajan los bronquios y estimulan el sistema nervioso central, así como el músculo cardíaco, presentando también efectos diuréticos. No obstante, en dosis elevadas pueden presentar un efecto ergolítico, disminuyendo el rendimiento y conduciendo a la agitación, confusión mental e incluso taquicardias.
  • Taurina. Dicho compuesto de las bebidas energéticas debe su nombre a su descubrimiento en la bilis del toro. Es un componente de los ácidos biliares ampliamente conocido por su papel antioxidante y osmorregulador. La taurina en estos productos puede ser efectiva debido al incremento de la actividad de la cafeína cuando está presente.
  • Guaraná. Ciertas bebidas energéticas reemplazan la cafeína por guaraná, un estimulante natural de origen vegetal, con el objetivo de promocionarse como más sanas y seguras. Pero cada gramo de guaraná posee 36,8 mg de cafeína, y dichas concentraciones no son tenidas en cuenta para calcular la cantidad total. De esta manera, el contenido de cafeína puede ser subvalorado.

Se puede concluir que las bebidas energéticas en el deporte no se deben utilizar, en ningún caso, como sustitutas del entrenamiento, descanso y una alimentación equilibrada. Estos tres factores combinados pueden ayudar a mejorar la práctica deportiva de forma muy efectiva, sin necesidad de recurrir a este tipo de bebidas y comprometer la salud.