FP Sociocultural

La exclusión social en personas con problemas mentales

Por María Teresa Carvajal
Un grupo de niños excluyendo a otro que tiene la cara tapada

Hoy en día y a lo largo de la historia, muchos de los sectores de la población han experimentado algún tipo de exclusión social. Entre las personas que más pueden sufrirla son aquellas que presentan algún tipo de problema de salud mental. Por ello, la sociedad en general, así como los especialistas en Integración Social deberán aplicar las herramientas necesarias para evitar ese rechazo.

¿Qué es exclusión social?

La exclusión social es la imposibilidad de un sector de la población de participar o acceder a las actividades de dicha sociedad por diversos motivos como, por ejemplo, presentar distintas capacidades, tener diferentes recursos o simplemente por carecer de derechos. El término de exclusión social a lo largo de la historia ha estado presente en todas las civilizaciones en mayor o menor medida.

Actualmente, los profesionales, como el Técnico Superior en Integración Social a distancia, luchan por reducir esta problemática con el objetivo de lograr algún día eliminarla implantando leyes que velen por la seguridad, los derechos e integración de todas las personas. A pesar de llevar mucho tiempo presente, la exclusión social es un concepto relativamente moderno.

Tras la Segunda Guerra Mundial la exclusión social fue ganando fuerza por los acontecimientos del momento, pero no fue hasta la década de los 80 que se convierte en una prioridad a nivel legislativo en los países de Europa. Por aquel entonces, la Comunidad Económica Europea quería combatir esta problemática y hasta finales de los años 90 no se creó una Unidad para la Exclusión Social por parte de Reino Unido.

A pesar de la importancia de la exclusión social, los especialistas deben tener en cuenta que esta inclusión no es igual en todos los países. De hecho, en Estados Unidos, África o Asia no se han conseguido los objetivos propuestos, utilizando el término pobreza para referirse a esta cuestión social.

Tipos de exclusión social

Para referirse a los tipos de exclusión social los expertos no tienen un sistema claro, ya que la variedad puede ser bastante amplia, aunque se puede englobar en tres grandes grupos:

  • Limitaciones políticas: sociedades donde la exclusión social se da por los ideales políticos de las personas y la falta de derechos que ayuden a todas en la representatividad, careciendo de participación en las decisiones políticas o que afecten a un colectivo.
  • Limitaciones económicas: una de las causas que genera más exclusión social hoy en día es el dinero o la falta de este. En este sentido, las personas pueden verse excluidas por tener un empleo inestable, escasez de ingresos o la imposibilidad de tener algún tipo de recurso.
  • Limitaciones sociales: la exclusión puede verse reflejada solamente por factores sociales que hacen que las personas encuentren dificultades para relacionarse con el entorno. Estas limitaciones se pueden ver incrementadas por la falta de apoyo, la autoexclusión o dificultades en el comportamiento. Es en este sector donde entran las personas con problemas de salud mental.

¿Qué es salud mental?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende la salud mental como un estado de bienestar mediante el cual el individuo es consciente de sus aptitudes y puede afrontar la vida o cualquier trabajo de manera fructífera y productiva, siendo capaz de contribuir a la comunidad. Teniendo en cuenta, esta definición hay que incidir en el concepto de trastornos mentales.

En este sentido, la OMS afirma que los problemas mentales o enfermedad mental es una alteración emocional, cognitiva y de comportamiento en los que quedan afectados los procesos psicológicos básicos de las personas como, por ejemplo, la gestión de las emociones, la motivación, el aprendizaje o la conducta, entre otros.

¿Cuáles son los trastornos mentales más comunes?

Uno de los problemas de salud mental más común es el trastorno del estado de ánimo, cuya principal característica es una alteración profunda del humor o estado emocional de la persona. Se muestra como una depresión mayor o como un trastorno bipolar que no hay que confundir con el trastorno de la personalidad. 

El trastorno de la personalidad es uno de los problemas mentales que presentan las personas y consiste en un conjunto de desviaciones de comportamiento respecto a los patrones de cada cultura en las di­mensiones emocionales, afectivas, así como de relación social. Lo más habituales son paranoide, esquizoide, esquizotípico y límite.

Por otro lado, otro de los trastornos mentales más comunes en la sociedad es la ansiedad que se caracteriza por un nivel elevado de angustia o temor, siendo los más frecuentes el ataque de pánico, estrés postraumático, fobias o los trastornos obsesivos compulsivos. Igualmente, también hay que destacar la esquizofrenia, una enfermedad mental que se caracteriza por una pérdida del juicio de la realidad y una desorganización generalizada de la personalidad.

¿Cómo afectan los problemas mentales en la exclusión social?

Muchos de estos problemas mentales tienen un componente genético y hereditario, que unido a un contexto desfavorable y a otros elementos como, por ejemplo, el consumo de sustancias tóxicas, hace que afloren con más facilidad estos tipos de trastornos. De esta forma, los problemas de salud mental son de vital importancia en todo el mundo.

Según la OMS, uno de cada cuatro ciudadanos tendrá que enfrentarse a algún tipo de problema de salud mental a lo largo de su vida. De hecho, las enfermedades mentales ya suponen más del 40% de las patologías crónicas diagnosticadas en España siendo las que mayor causa de discapacidad presentan.

Como consecuencia, las personas con problemas mentales son más vulnerables, produciéndose situaciones problemáticas en su vida diaria. Es frecuente que se encuentren en situación de riesgo social o exclusión social porque sufren una estigmatización, ya que se considera que el enfermo mental está loco, es impredecible o violento. Dichas valoraciones perjudican emocionalmente a estas personas, haciendo que pierdan progresivamente su autoestima y reduzcan su autoconfianza, eliminando así  las posibles iniciativas que puedan tener y restringiendo sus actividades.

Sin embargo, hay personas que con ayuda de un mediador familiar disfrutan de un apoyo en el ámbito doméstico para llevar una calidad de vida aceptable. Por eso, entre las funciones del integrador social serán esenciales dos variables: personal y el entorno, ya que afectan al desencadenamiento y la evolución del trastorno. También influyen, de manera determinante, en la calidad de vida de estas personas, en su integración social o exclusión social.

¿Cómo evitar la exclusión social de personas con problemas mentales?

Otra parte decisiva que la sociedad y los especialistas tienen que tener en cuenta son los apoyos que tienen las personas que sufren un problema de salud mental para evitar la exclusión social, es decir, que se les ofrece desde todos los ámbitos y a todos los niveles, para favorecer su integración social. Por ejemplo, a nivel internacional se encuentra la Resolución 46/119 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (1991) que establece una serie de principios para la protección de las personas con trastorno mental y la mejora de la atención a la salud mental, con la intención de que se conviertan en directrices internacionales.

Por otro lado, a nivel estatal existe la atención a la salud mental incluida dentro de la Ley 16/2003 de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, que define un catálogo de prestaciones sociosanitarias mínimas, constituyendo la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y que las administraciones autonómicas de­berán prestar de forma garantizada. El tratamiento de estas personas se centran en cuatro grandes áreas: medidas médicas adecuadas, rehabilitación social, integración educativa e inserción sociolaboral.

En conclusión, la exclusión social es un problema que está condicionado por las estructuras sociales, políticas y económicas de la sociedad. Dicha problemática está siendo tomada en cuenta por diferentes ámbitos con el objetivo de ayudar y garantizar las medidas sanitarias para conseguir una igualdad de oportunidades, así como, mejorar la calidad de vida a todos los niveles.