En un mundo cada vez más competitivo que pone el acento en ganar, en competir, nosotros creemos en la formación de personas de primera división, porque es importante ganar, pero lo que realmente importa es la lección de vida.
Rinus Michels, creador del “Fútbol Total” escribió un tratado llamado Teambuilding (Haciendo Equipos) en el que habla del entrenador como la figura central del equipo y cuya función es la de persuadir los reinos dispares que representan sus jugadores o estrellas del equipo para que bajen de su solitario trono y se unan como un todo pero no para el interés del equipo sino por su propio interés.
La única forma de que el interés del equipo, como enseñamos en nuestros FP en Deporte, esté por encima del trono propio es a través de tres fuerzas fundamentales: la fuerza del intelecto, la fuerza de la organización y en el algunos casos, con la fuerza de la voluntad, esto lo entiende perfectamente un deportista de élite, al menos en teoría, en la práctica ya se complica un poco.
El jugador busca inevitablemente un líder que gestione esas fuerzas en el campo de juego, es por eso que cuando el entrenador no ejerce esta función como se espera, algunos jugadores intentan suplirle y asumir esas responsabilidades, esto empeora cuando más de un jugador se ofrece al cargo.
La presencia del entrenador es básica, decide el qué, cuándo, por qué, quién y el cuándo de cada decisión y todas esas decisiones afectan al colectivo, pero cuando suena el silbato la función del entrenador parece limitada y el equipo está a solas contra el enemigo, pero hablamos de adultos y al final consiguen solventar las situaciones pero ¿qué pasa con los niños entonces?
LA INFLUENCIA DEL ENTRENADOR DE DEPORTE INFANTIL
Imagínate que eres el entrenador de un equipo infantil que se enfrenta al equipo estrella, ese equipo estrella demás se presenta invicto y le ha ganado a tu equipo en todos los partidos anteriores. Tu equipo hoy está jugando como nunca y va arriba en el marcador, pero en los minutos finales el árbitro señala (equivocadamente) una falta y a causa de este fallo pierden el juego. Al final, los jugadores protestan y le gritan al árbitro y están muy decepcionados y te miran a ti, que haces en este caso?
Un entrenador se enfada también y le grita al árbitro mas fuerte que los niños, pero un míster aprovecha la oportunidad para inspirar. |
Un entrenador tiene una influencia tremenda en la vida de estas pequeñas almas. Si le preguntaras a un grupo cualquiera de adultos sobre alguna experiencia de su infancia en un aula de clases seguramente tengan que esforzarse mucho para dar con un recuerdo significativo, pero si les preguntaras por algún recuerdo deportivo de esa misma época, si practicaron algún deporte, seguramente se acordarán de un triunfo en el último minuto, de un pase estelar que fue decisivo, de un último impulso que le hizo ganar, aún después de décadas, todavía pueden conectar con las mismas emociones de ese momento; la forma como los padres y entrenadores actúan en esos momentos puede darle forma a sus vidas.
Los entrenadores de jóvenes y niños se enfrentan a un mundo de circunstancias para los que no están preparados la mayoría de los casos y parte del problema es que hay muchos entrenadores voluntarios de equipos pequeños que no tienen ningún tipo de preparación y entrenamiento formal y la mayoría solo se hace entrenador porque su hijo está en el equipo, corriendo el riesgo de acabar con la ilusión de los niños al jugar. Pero quizás el mayor problema está en emular el “ganar a toda costa” del deporte profesional, y es que aunque el deporte profesional de adultos y de niños se parece mucho, en esencia y fundamentos son cosas totalmente distintas. El deporte profesional es un negocio y el deporte infantil se supone que tiene que favorecer la educación y el desarrollo humano, pero por encima de todo, debe ser divertido.
Lo preocupante es que es cada vez más común ver actos de agresión o cuando menos, agresividad, en el deporte infantil y esa violencia se va haciendo cada vez más aceptable. Los entrenadores solo sacan a jugar a sus estrellas y los seguidores de los equipos se enfrentan se enfrentan entre si y los padres a los árbitros.
El deporte deja de ser divertido para el niño, comienzan a sentir la presión de ser cada vez mejor para resolverle la vida a sus padres y familia, la meta obsesiva se convierte en ser una estrella y esa presión hace que casi el 80 % de los jóvenes abandonen el deporte antes de terminar la fase escolar, algunos porque el deporte se volvió excesivamente competitivo y selectivo pero sobre todo porque dejó de ser divertido.
FORMANDO PERSONAS DE PRIMERA DIVISIÓN
Aquí es donde entra el Mister, el buen entrenador, quien sin martillo ni cincel tiene la oportunidad de tallar el alma deportista con la actitud positiva, pero para esto hace falta un cambio de cultura, y quizás esto es lo que han hecho bien en la Masía del Barça, puedes ver un estudio hecho por el IESE, en el que intentan descifrar el secreto de esa famosa Masía y el éxito que ha tenido en el tiempo, pues una de las conclusiones de este estudio es que el éxito se centra en que se preocupan en formar no solo desde una perspectiva deportiva sino que se han centrado en lo mas importante, es crear una experiencia que desarrolla el carácter de sus habitantes, no forman jugadores de primera división, sino personas de primera división.
La presión sobre los niños para que “rindan”, el agobiarles con consejos técnicos mientras están ansiosos o frustrados, el recompensar el mal comportamiento con atención extra o el hacer que se preocupen por los errores involuntarios en un partido son actitudes que destruyen almas, no forman líderes del deporte.
Lo importante al entrenar jóvenes es tener en la mente siempre una meta doble con un balance perfecto entre ambas, la primera meta es ganar, pero la segunda y mas importante es enseñar lecciones de vida.
Normalmente un entrenador recibe formación para ayudarles a mejorar su técnica, en solitario y en equipo pero cuando quieres cubrir la segunda y formar personalidades la preocupación tiene que estar centrada en hacerles evolucionar como seres humanos cada día, en ser un líder que cree cada vez mas en sí mismo pero también en trabajar para una mejor sociedad, así que no solo importa crecer individualmente y técnicamente sino también en equipo y en el acento que hacemos sobre el mundo que nos rodea.
EL IMPORTANTE PAPEL DE LOS PADRES
*Kerisa García Photography
Este trabajo tendía que extenderse a la casa, donde los padres tienen que centrarse menos en ganar y más en enseñar lecciones de vida, el ganar es cuestión de los jugadores y el entrenador, los padres solo deben preocuparse del desarrollo de la personalidad de sus hijos, así que sobre ellos no recae esa doble meta de la que hablamos antes.
Hay pocas áreas de la vida donde hay más oportunidades de fallar como en el deporte, es por eso que es una mina para generar momentos de enseñanza, si el niño perdió hoy su partido más importante, es el momento ideal para hablar sobre la resiliencia (la capacidad de reponerte) y la capacidad de frustración, la otra alternativa es perder el tiempo discutiendo sobre lo que se hizo mal, y perder una oportunidad de oro de remontar y volver a inspirar.
EL RITUAL DEL ERROR
Desde la perspectiva del entrenador, estos momentos en los que los fallos llegan, el entrenador tiene la importante función de hacerle entender al niño que está bien equivocarse, que es una parte más de la vida y que no deben tenerle miedo al error.
En los deportes rápidos como el futbol, el tenis, el baloncesto y muchos más, las acciones pasan en segundos, y cuando un chico de 12 años se equivoca en el campo de inmediatamente mirará a su entrenador o a sus padres, si el entrenador se limita a decirle “no pasa nada, sigue!” seguramente no conseguirá nada, lo ideal es crear alguna especie de “Ritual del Error” que le permita al deportista “resetearse” mentalmente con un gesto que solo lo conocen los miembros de su equipo y entrenador pero es desconocido por el público general. Hay muchas ideas de rituales, pero uno muy sencillo es un gesto que implica la idea de aparcar, como si le dijeras al jugador “aparca lo que sientes aquí y siguen jugando”.
Impact Fondry
Según Jim Thompson, fundador del Positive Coaching Alliance, o la Alianza por el Coaching Positivo, los niños no manejan las emociones al nivel de los adultos, de hecho tienen una especie de “tanque emocional”, cuando se vacía el tanque se convierte en algo casi imposible el enfrentarse a retos o incluso hasta se complica el rendir bien y el refuerzo positivo es primordial, de hecho, se habla de un “ratio mágico” entre declaraciones positivas (tanque lleno) y críticas debe ser de 5 a 1, donde por cada crítica debe hacer 5 declaraciones de refuerzo positivo. La idea no es dejar de criticar un mal juego, sino que hacerlo de una forma realmente constructiva.
SIMBOLISMOS E INTERESES
B.Israel Photography
Si piensas que el deporte infantil y juvenil es sencillo te equivocas, realmente es mucho más complejo que el deporte profesional adulto, está lleno de simbolismos que pueden determinar el futuro de seres humanos. Tienes de un lado a entrenadores cuya identidad está determinada por el triunfo de su equipo, del otro están los padres que sienten la presión de que sus hijos sean exitosos y felices, siendo como es que vivimos en un mundo que pone el énfasis en ganar y por último, tienes a los niños que están preocupados y llenos de miedos sobre su propia identidad, que además quieren complacer a sus padres, cumplir con el equipo y que tienen miedo al ridículo frente al público que observa cada paso que dan.
EL EFECTO MISTER
Sport for Life La presencia de un Mister en un equipo genera una especie de clima apto para el desarrollo, crea el caldo de cultivo perfecto para sentir el impulso de ser cada día mejores. Como dijimos antes un Mister es mucho más que un entrenador, el entrenador se centra en la técnica y el mister sabe que detrás hay un ser humano con metas y ambiciones por eso no se centran en expresiones como “lo que cuenta es participar” sino que hacen hasta lo imposible para que alcancen su máximo potencial, donde está un mister está un deportista que lucha, que no se conforma, que lucha con las tres fuerzas, con el intelecto, la organización pero sobre todo con la mayor de las fuerzas, la voluntad. Pero esto no sirve de nada si al final el Mister no cree en sí mismo y en su equipo. Un Mister sabe el equipo que tiene y cree en él, con sus fortalezas y debilidades y tienen expectativas claras de éxito porque lo ven individualmente, el éxito es personal, aparte de lo que indique el marcador, por lo que siempre habrá situaciones en los que el marcador indique que hemos perdido pero eso no implica que no haya triunfos individuales.
NCAS Sports Pero lo que más define a un Mister es que escribe su propia historia, su propio manual de juego. Un entrenador intenta mantener el nivel de juego que recibe del anterior entrenador, analiza el estilo de juego que otro ha diseñado y lo sigue a pies juntillas pero un Mister reescribe el libro, porque son innovadores, probando técnicas y estilos que nadie ha probado antes, siempre investigando, siempre con la mente inquieta, siempre con hambre.
NOTA FINAL
Es innegable la importancia que tiene el deporte en nuestra sociedad, pero precisamente por eso tenemos una oportunidad de oro para “hacer ruido”, para cambiar la forma en la que todas las personas reaccionan frente al niño en este entorno. La mayoría de los estudios indican que las personas entrenan como han sido entrenadas, así que cuanto antes cambiemos el modelo, antes tendremos niños que serán entrenadores con un modelo positivo y centrado en el ser humano, cuál crees que será el impacto? ves la magnitud de la meta? Creemos que un mundo mejor es posible y el deporte tiene muchos observadores y muchas oportunidades de impacto.
¿Tienes algún recuerdo que te marcó en tu infancia? no importa si es bueno o malo, compártelo con el resto y comencemos a dar los pasos para centrarnos en lo que importa, en las personas, en el alma, en el crecimiento.