FP Informática

Qué es el Internet de las cosas y dónde lo encontramos

Por Victoria Pérez
Un hombre utilizando su reloj inteligente para realizar un pago

Actualmente vivimos en una sociedad interconectada donde las tecnologías se han convertido en una parte indispensable de nuestra rutina. Cada día se interactúa con diferentes objetos inteligentes que disponen de gran cantidad de información a la que se puede acceder en tan solo un par de clicks, como teléfonos, ordenadores o televisores conectados a internet.

Sin embargo, cada vez es más frecuente que este tipo elementos se integren de manera discreta en la vida cotidiana, ofreciéndonos funcionalidades que simplifican y facilitan nuestro día a día. Puede que suene como algo futurista y utópico, pero los objetos inteligentes están más presentes en nuestra vida de lo que creemos, y esto es gracias al uso del Internet de las cosas.

El funcionamiento de este sistema está muy claro para el Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web, que conoce los diferentes sistemas y cómo funcionan, pero muchas personas no saben de qué se trata a pesar de que forma parte de su rutina diaria. Por ello, en este artículo vamos a analizar qué es y cómo funciona esta tecnología.

¿Qué es el Internet de las cosas?

El Internet de las cosas, también conocido como Internet of Things (IoT) es un sistema que permite conectar objetos de uso cotidiano a la red mediante sistemas interrelacionados con el objetivo de transmitir datos o realizar acciones sin necesidad de una interacción directa por parte de las personas.

De esta manera, un objeto puede ofrecer información relevante sobre su uso, permitiendo conocer su estado o incluso manejarlo de manera remota a través de una aplicación en nuestro móvil. Uno de los ejemplos más frecuentes de Internet de las cosas se encuentra en las pulseras biométricas que, conectadas con un smartphone, ofrecen datos a su usuario sobre la actividad física que realiza a lo largo del día, su ritmo cardíaco o la calidad del sueño. Además, estos sistemas han ido un paso más allá, mostrando también notificaciones de su teléfono en tiempo real, como correos, mensajes o llamadas.

Sin embargo, aunque el uso del Internet de las cosas se contempla como algo novedoso, esta realidad se lleva planteando desde hace más de 30 años, cuando se hablaba de la posibilidad de crear un hogar inteligente o las conocidas como smart cities.

Pero, ¿cómo funciona el internet de las cosas? Los elementos cotidianos se convierten en objetos inteligentes mediante la asignación de una IP específica que hace de ellos un objeto único. De esta manera, se puede enviar a un servidor datos sobre el elemento o su entorno y también acceder al mismo para dar unas instrucciones de funcionamiento.

Si por ejemplo se aplica este sistema a la paquetería, en un momento en que el cross docking del comercio electrónico está cada vez más asentado en la sociedad, es posible saber mediante una etiqueta de identificación por radiofrecuencia (RFID) dónde se encuentra el paquete, su estado de tramitación o qué contiene.

Funcionalidades del Internet de las cosas

El uso del Internet de las cosas ha evolucionado notablemente en la última década, aplicándose cada vez a más situaciones cotidianas. Entre las principales funciones de este sistema destacan:

  • Obtener nueva información sobre lo que vemos. Mediante sistemas de detección de imágenes y geolocalización, cada vez es más posible obtener información sobre el entorno. Mediante el IoT se puede apuntar con un smartphone a cualquier cosa y conseguir datos sobre ella, desde datos sobre la carta de un restaurante escaneando un código hasta detalles sobre la información nutricional de un producto del supermercado captando el código de barras.
  • Monitorizar cosas. Mediante el uso del Internet de las cosas cada día se pueden acceder a más datos, desde la temperatura del termostato de nuestra casa hasta los niveles de glucosa en sangre en personas diabéticas mediante el uso de una pulsera inteligente que envía información a un dispositivo móvil. Esta funcionalidad tiene un gran valor especialmente en el ámbito de la salud.
  • Localizar objetos. De igual manera que es posible localizar un teléfono perdido mediante los datos de geolocalización que envía, cada vez son más los objetos inteligentes que se pueden que se pueden hallar, desde un paquete hasta el pedido de un restaurante. Implementando este sistema, en un futuro podremos localizar las llaves cuando se pierdan y otros muchos objetos.
  • Controlar lo que nos rodea. Mediante el Internet de las cosas es posible controlar diferentes variables del entorno con un objetivo en particular. Por ejemplo, en un hogar inteligente se pueden establecer cuáles son los horarios de consumo eléctrico más rentable y programar los electrodomésticos para que se pongan en funcionamiento en ese momento concreto. De igual manera, se pueden programar los objetos para que todo esté listo de vuelta al hogar: la temperatura ambiente, la comida recién hecha o la casa limpia.
    Esta funcionalidad puede aplicarse también en las denominadas smart cities, donde por medio del control del tráfico en cada momento pueden reducirse los atascos en una zona de gran afluencia mediante indicadores que redireccionen a los conductores por otras rutas alternativas o les recomienden cual es el mejor momento para viajar. De esta manera, se reduciría considerablemente el porcentaje de emisiones de gases nocivos para el medio ambiente, mejorado la calidad del aire.

El doctor John Barrett, profesor del Nimbus Research Center, estimaba en 2012 que en el año 2032 cada persona estará conectada a una media de entre 3000 y 5000 objetos inteligentes en su rutina diaria. Esto puede facilitar notablemente la vida de las personas, pero también genera un debate sobre ciberseguridad que es lo que proporciona seguridad en la gestión de datos privados, quedando en manos de grandes compañías.

En este punto existen opiniones enfrentadas sobre si el IoT ha llegado para hacer más fácil la vida de las personas y crear una sociedad mejor, con un uso lógico y más justo de los recursos, o es un medio de control de las grandes compañías debido al las ventajas del big data que esto conlleva. En esta materia, el Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Web online será el responsable de garantizar a la población el uso seguro de sus datos, empleando sistemas de ciberseguridad que puedan protegerlos.