FP Sanidad

Cáncer de cuello uterino: qué es y cómo prevenirlo

Por Mireya Sánchez Ibáñez
doctora señalando en una maqueta el cuello uterino

Perfiles tan completos como el de Técnico Superior en Anatomía Patológica y Citodiagnóstico resultan imprescindibles en la lucha contra ciertas patologías en el ámbito sanitario, con especial énfasis en aquellas relacionadas con la ginecología por su complejidad. De ahí la importancia de dedicar una asignatura entera (Citología Ginecológica) a este tema. Una de las labores es ayudar a evitar la aparición de algunas enfermedades graves como puede ser el cáncer de cuello uterino.

¿Qué es el cáncer de cuello uterino?

El cáncer de cuello uterino o cérvix afecta a la abertura inferior y estrecha del útero que conecta con la vagina. Esta cavidad mucosa se divide en dos partes: exocérvix y endocérvix.

El cáncer de cérvix suele darse en la unión de estas dos zonas y se trata del cuarto tipo de cáncer más frecuente en personas gestantes a nivel mundial, bajando en España hasta la undécima posición. ¿Y esa diferencia en las posiciones? Si uno se fija en los datos epidemiológicos, las tasas de incidencia más altas son en países subdesarrollados con pocos medios de prevención.

En la mayoría de los casos, el cáncer del cuello del útero tarda años en manifestarse, teniendo un desarrollo lento que puede llegar a los 10 o 20 años. En ese período de tiempo se da la fase precancerosa, denominada para este cáncer en concreto como “displasia cervical” o “neoplasia cervical intraepitelial (CIN)” haciendo referencia al paso de las células anormales a convertirse en células cancerosas.

Los síntomas del cáncer de cuello uterino más frecuentes suelen ser los sangrados o dolores anormales, aunque suelen aparecer en estadios avanzados. Es por ello que son las pruebas de detección periódicas y tratamientos tempranos lo que verdaderamente ayuda a su prevención.

 

¿Cuál es la causa principal del cáncer de cuello uterino?

Ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH) ocasionan hasta el 99% de los casos de cáncer de cuello uterino. Hemos dicho “ciertos” ya que existen alrededor de 200 tipos de VPH. El VPH es la infección de transmisión sexual más común, pudiendo transmitirse de forma vaginal, oral o anal e incluso sin penetración, simplemente por contacto piel a piel entre los genitales.

La mayoría de los tipos no son dañinos, siendo asintomáticos y desapareciendo sin tratamiento. Pero el pequeño porcentaje restante hacen que las células normales del cuello uterino se vuelvan anormales, y tras varios años puede llegar a convertirse en cáncer si no se ha detectado y tratado a tiempo. Estos tipos de VPH se denominan como oncogénicos. También son responsables, en porcentajes variables, de otros cánceres como el de vulva, vagina, ano, pene y orofaringe.

¿Cómo prevenir el cáncer de cuello uterino?

Las medidas más importantes a tener en cuenta para tener un cuello uterino sano son:

  1. Vacunación contra el VPH. Se recomienda la vacunación a partir de los 11-12 años, pudiendo aplicarse desde los 9 hasta los 45 años.
  2. Uso de preservativos o barreras bucales de látex en cualquier tipo de sexo: vaginal, anal u oral. Esto reduciría la probabilidad de transmisión del VPH, pero no la impide por completo.
  3. Evitar el tabaco. Si uno tiene un tipo de VPH con probabilidad de desarrollar cáncer, las probabilidades aumentan hasta el doble si fuma.
  4. Pruebas de detección de cáncer de cuello uterino. Estas pruebas médicas son la prueba de Papanicolaou y/o prueba del VPH.

 

¿Qué es la prueba de Papanicolaou?

La prueba de Papanicolaou (citología vaginal o cervical) es un examen que lleva implantado desde los años 40 y ha conseguido reducir en gran medida la mortalidad dada por el cáncer de cérvix.

Se basa en examinar el cuello uterino para detectar células anormales. Para la obtención de la muestra el médico debe colocar un espéculo en la vagina para visualizar correctamente el cuello uterino, entonces realiza un ligero raspado del cérvix con un pequeño utensilio. La muestra es analizada posteriormente al microscopio en búsqueda de anomalías celulares. Si se encuentran dichas anomalías, daría positivo la prueba.

Es recomendable realizarse la prueba de Papanicolaou cada 3 años en el período de edad de 21-29. Con una edad superior se recomienda realizar también la prueba del VPH, debido a la baja sensibilidad de la prueba de Papanicolaou y la mayor probabilidad de tener un cáncer de cérvix.

 

¿Qué es la prueba del VPH?

La prueba del VPH es un examen que permite detectar el virus del papiloma humano basándose en una muestra de cuello uterino. Tiene mayor sensibilidad que la citología al estar detectando el virus y no las posibles anomalías celulares causadas por el mismo, siendo muy útil realizarla a partir de los 30 años.

Antes de esta edad no se recomienda, ya que estadísticamente hablando es más probable detectar tipos de VPH de bajo riesgo o no oncogénicos al ser una etapa de mayor actividad sexual con diferentes parejas. El procedimiento de recolección de la muestra para esta prueba es el mismo que en el de la prueba de Papanicolaou, así que el médico puede usar la misma muestra para los distintos análisis. Además, es bastante recomendable realizar ambas pruebas de forma simultánea para evitar falsos positivos.