FP Sanidad

¿Cómo influye en los diabéticos la actividad física en la calidad de vida?

Francisco Izquierdo Moreno
haciendo prueba de azucar en sangre

El pasado día 7 de abril se celebró el Día Mundial de la Salud. Una cita que cada año pone el punto de mira en una patología o enfermedad, intentando fomentar el conocimiento sobre la misma, intensificar la prevención o dar algunos consejos para su tratamiento en diabéticos.

Este año fue el turno de la Diabetes, una enfermedad que según anuncia la OMS (Organización Mundial de la Salud) se está convirtiendo, como también es el caso de la obesidad, en una epidemia mundial, sobre todo en países con ingresos medio – bajos. Es básico para el trato de los auxiliares de enfermería. En la actualidad, 422 millones de personas sufren diabetes en el mundo, el cuádruple que en 1980.

Además, se prevé que para el año 2030, la diabetes sea la séptima causa de muerte mundial. Aunque ahora hablaremos sus tipos, la Diabetes Tipo II es una patología fácilmente prevenible, incluso reversible aplicando el “ADN” (Actividad física, Descanso, Nutrición) correcto. Sí, eso que todo el mundo parece que sabe, pero que pocos aplican…

 

  diabéticos

Posiblemente, y leyendo el párrafo anterior, muchos diabéticos se hayan echado a temblar: epidemia, causa de muerte…Quien sufre esta patología y tiene un conocimiento y un control profundo sobre la misma, sabe que el estilo de vida que debería llevar una persona diabética puede dar como resultado un estado de salud incluso mejor que una persona aparentemente sana. Y para los que desconozcan la patología, intentaremos enfocar el artículo para aumentar conocimientos, disipar dudas y aconsejar de manera práctica en la lucha contra la Diabetes.

Hablando de manera simplista, la Diabetes es una enfermedad metabólica que se caracteriza por una alteración en el metabolismo de la glucosa. Suele darse por dos causas principales, las cuales desarrollan los dos tipos de diabetes. Analizaremos ahora los tipos de diabetes, sus causas, sus posibles tratamientos y sus complicaciones

Tipos de Diabetes y Causas

La primera causa, y es la que desarrolla la Diabetes Tipo I (DTI), es cuando la producción de insulina por parte de las células beta (ß) pancreáticas es insuficiente para transportar la glucosa desde la sangre hacia el interior de los órganos periféricos, sobre todo los músculos.

Las células beta ß pancreáticas son las principales productoras de insulina dentro del páncreas, y la insulina es la hormona encargada de “movilizar” la energía en forma de glucosa de la sangre e introducirla dentro de los músculos para usarla como combustible. Si no produzco insulina suficiente, la glucosa permanecerá en la sangre sin posibilidad de ser transportada, con lo cual los niveles de glucemia serán altos. Por tanto, la clasificamos como una causa genética. No es una patología reversible, con lo que los diabéticos Tipo I deberá lidiar con ella toda la vida.

La segunda causa, y es la que desarrolla la Diabetes Tipo II (DTII), sucede cuando las células beta (ß) pancreáticas, principales productoras de insulinas en el páncreas como ya hemos mencionado, funcionan bien, pero los órganos periféricos se hacen resistentes a la acción de esa insulina. Se habla de resistencia a la insulina. No son suficientemente sensibles a la acción de esa hormona. Aunque también se tiene predisposición genética, la DTII se desarrolla mayormente por adquisición de patrones de estilo de vida no saludables: plan de alimentación desequilibrado y vida sedentaria. Pero al contrario que la DTI, sí es reversible.

Veamos esto en un ejemplo sencillo: supongamos para un órgano periférico normal (músculo), que para introducir diez moléculas de glucosa dentro del músculo necesito diez moléculas de insulina. Para un órgano periférico resistente a la insulina, quizá para introducir esas diez moléculas de glucosa necesite veinte moléculas de insulina…Cuando esto se cronifica en el tiempo, y nuestras células pancreáticas secretoras de insulina están trabajando al 200% se produce un desequilibrio, que necesitará de alguna ayuda externa (por ejemplo inyecciones de insulina) para palear ese problema. Y esto sería achicar aguas. Porque no olvidemos que la insulina es una hormona que no favorece la pérdida de grasa. Con lo que, si cada vez necesitamos más insulina, también se corre el riesgo de acumular más grasa, lo que también se asocia a diferentes enfermedades, patologías y riesgos.

 

Para medir en sujetos la sensibilidad o la resistencia a la insulina existen varias fórmulas y test, que permiten determinar de manera más o menos acertada estas variables. Un ejemplo es el índice HOMA, descrito por el Dr. Matthews en el año 1985.

Posibles tratamientos para los diabéticos

Después de su debut, que suele darse en la infancia o en la adultez joven, el DTI, es tratado desde el primer momento con insulina. Se le denomina “insulinodependiente”. Como no es capaz de producirla, debe administrársela de manera exógena, en forma de inyecciones regulares.

Existen muchos tipos de insulinas diferentes, con diferentes tiempos de acción y cada vez más evolucionadas. La administración de las mismas serán prescritas por un profesional cualificado, en este caso por un endocrino.

La sintomatología que suele empezar a parecer en pacientes con diabetes que todavía no tienen conocimiento de que padecen la enfermedad son entre otros:

➡️ Sed constante (polidipsia)

➡️ Ganas desorbitadas de orinar (poliuria)

➡️ Mucha hambre (polifacia)

➡️ Visión borrosa.

Por otro lado, la DTII, suele producirse en la adultez, entre los 40 y los 50 años de edad mayormente, pero cada vez se dan más casos de debut de DTII en personas más jóvenes, incluso en niños.

Como posibles tratamientos, esta alteración de metabolismo se suele combatir con un fármaco llamado metformina. Además, se le aconseja al paciente como medida principal la adquisición de nuevos hábitos nutricionales y de actividad física. También es posible el tratamiento con insulina.

Complicaciones derivadas de la Diabetes

Una Diabetes bien controlada no tiene por qué desembocar en ninguna complicación. Los diabéticos, del tipo que sea y sin obviar su enfermedad, puede y debe llevar una vida completamente normal.

Los niveles de glucosa sanguínea entre los que suele oscilar una persona sana es entre 80 y 120 mg/dl. En los diabéticos estos márgenes pueden ser más permisivos. Aún así, por debajo de 60 y por encima de 180 mg/dl un diabético debería tener precaución.

En el caso de que los niveles de glucosa estén descontrolados la diabetes puede desembocar en problemas como:

➡️ Hipertensión arterial

➡️ Problemas renales

➡️ Retinopatías

➡️ Problemas oculares

➡️ Difícil cicatrización

➡️ Posibles amputaciones

➡️ Problemas cardiovasculares a niveles periféricos y centrales

➡️ Disfunción eréctil.

 

Por eso, después del diagnóstico por parte de un endocrino, se aconseja un conocimiento exhaustivo de la enfermedad. Una educación sobre la misma y la adquisición de nuevos hábitos de vida bajo las revisiones periódicas de un especialista como, por ejemplo el Auxiliar de Enfermería a distancia, son el punto de partida. Sin obviar por supuesto los controles regulares de la glucemia.

Los tres factores que no pueden olvidar los diabéticos nunca

Situándonos en un contexto donde, por encima, ya conocemos la enfermedad, la actividad física juega un papel fundamental en la diabetes.

El diabético siempre tendrá tres pilares a tener en cuenta en su día a día para su autocontrol. Tres variables a combinar, que una persona con buen conocimiento debería manejar sin problema alguno. Cualquier desajuste de alguna de las tres podría desembocar en una hipoglucemia (bajada de azúcar) o e una hiperglucemia (subida de azúcar). Estas tres variables son las siguientes:

1. La administración de insulina (o metformina): que reducirá los niveles de glucosa.

2. La ingesta de alimentos: que aumentará los niveles de glucosa, y que por tanto, deberá ser muy controlada.

3. La actividad física: que, normalmente, reducirá también los niveles de glucosa. Y digo normalmente porque no siempre ocurre.

¿Qué papel juega la Actividad Física en la Diabetes?

En una persona con Diabetes la actividad física se hace casi obligatoria. Un diabético, tomando las precauciones pertinentes, podría desarrollar un entrenamiento para alcanzar cualquier objetivo que se proponga. Lo único que tiene controlar es la insulina de manera exógena, lo que muchas veces puede hasta convertirse en una ventaja. No olvidemos que la insulina es una hormona anabólica…

A continuación, vamos exponer de manera breve algunas ideas sobre como la Actividad Física puede ayudar a mejorar los niveles de glucemia en sangre.

Toda actividad física regular mejora los niveles de glucosa en un plazo relativamente corto de tiempo. Tanto el entrenamiento cardiovascular, como el entrenamiento de fuerza tienen beneficios para los diabéticos.

Cuando el cuerpo se pone en funcionamiento y realiza un esfuerzo de una intensidad determinada, ponemos en funcionamiento la acción de un transportador llamado Glut4. Cuando esta enzima está activa, se encarga de transportar la glucosa al músculo sin necesidad de que haya tanta presencia de insulina. Con lo cual, esto es una pista: a más actividad física, menos insulina necesitaremos. Obviamente, a más intensidad y duración de la actividad, más tiempo pasarán estos transportadores activos.

Así, después de realizar ejercicio sería un buen momento donde tomar algunas raciones de hidratos de carbono, podrían afectar menos a los niveles de glucosa en sangre.

Otro beneficio que tiene la Actividad Física es que aumenta la sensibilidad a la insulina. Habiendo ejemplificado anteriormente lo que significa el concepto “sensibilidad a la insulina” está claro lo importante que puede ser para mejorar la enfermedad hacer ejercicio de forma regular.

Ejericio fisico en diabéticos 

Dicho esto, nos centraremos ahora en el entrenamiento de Fuerza, que aunque podríamos matizar lo que significa todo el mundo puede tener un concepto cercano a lo que podría ser. El entrenamiento de fuerza tiene un doble efecto, y puede llegar a ser incluso más eficiente si tenemos como objetivo el reducir los niveles de glucosa, beneficioso para los diabéticos.

Como hemos dicho anteriormente, todo entrenamiento activará las vías metabólicas de Glut4, pero el entrenamiento de fuerza además provocará, si se hace de manera correcta, un aumento o mantenimiento de la masa muscular. Y tengamos en cuenta que a más masa muscular mayor será la tasa metabólica diaria, y con lo cual, mayor será nuestro gasto energético diario. Recordemos que el músculo es el órgano más activo de nuestro organismo, el productor de movimiento para los diabéticos, el entrenamiento de fuerza es una inversión no solo corto, sino también a medio y largo plazo.

No obstante, la combinación de entrenamiento de fuerza y entrenamiento cardiovascular puede ser una buena receta para mejorar la enfermedad. Debemos empezar siempre respetando el principio de entrenamiento de “aumento progresivo de la carga”, y aumentar intensidad y duración de manera controlada y siempre bajo control.

Los efectos de ejercicio físico inciden pues positivamente al metabolismo de la glucosa, y sus efectos perduran entre 24-48 horas, dependiendo del tipo e intensidad del mismo. Por lo que esto, nos puede dar una idea también a la hora de planificar nuestras cargas de entrenamiento: un diabético normalmente no debería pasar más de dos días sin hacer ejercicio.

 

Beneficios de la actividad física para un diabético

➡️ Mejora de factores cardiovasculares.

➡️ Mejora la sensibilidad a la insulina.

➡️ Mejora del perfil lipídico.

➡️ Mejora el control de la glucosa.

➡️ Mejora de la presión arterial.

➡️ Reduce el riesgo de complicaciones derivadas de la enfermedad a largo plazo.

⚠️ ¿Qué precauciones debe tener un Diabético al realizar Actividad Física?

Lo primero que tenemos que tener antes de empezar a entrenar o realizar cualquier actividad física, es autorización por parte de un médico especialista, tanto si soy diabético en fase de debut, como si soy entrenador y tengo a un diabético como cliente.

Es de vital importancia también controlar los niveles de glucemia antes, durante y después de la actividad física. Esto puede ser más o menos exhaustivo dependiendo del tipo de sujeto, del nivel de experiencia y del nivel de conocimiento de la enfermedad y de la sintomatología de las alteraciones de los niveles.

Medir los niveles antes de empezar una actividad debe servirnos para anticiparnos a una posible alteración de la glucosa. No es aconsejable realizar ejercicio físico con niveles por encima de 250 mg/dl. Corremos el riesgo de que los niveles continúen aumentando, por la secreción del glucógeno hepático por parte del hígado. Por falta de insulina, la glucosa es incapaz de llegar al músculo y el organismo responde ante este hecho suministrando más glucosa.

Si los niveles pues, están altos antes de comenzar una actividad deberemos suministrar insulina para bajar los niveles, intentando evitar que el lugar de la inyección no sea una zona corporal muy solicitada en el ejercicio. Así evitaremos posibles molestias. Y si están bajos ingerir algún tipo de alimento que haga elevar los niveles de manera rápida pero controlada (tortita de arroz integral, frutos secos, alguna bebida isotónica).

Si podemos, y con objeto de evitar una hipoglucemia, deberíamos evitar el desarrollo de actividad física en el pico más alto de acción de la insulina inyectada. Aún así, el principio de individualización es aquí clave también. Y dos mismos sujetos pueden responder ante un mismo estímulo de manera diferente. El paciente es quien mejor debe saber controlar sus sensaciones.

Durante el desarrollo de la actividad, sería adecuado medirnos y tener siempre a mano algún alimento rico en glucosa, como:

➡️ Geles

➡️ Fruta

➡️ Bebida isotónica

 

Alimentos que nos permitan acudir a ellos de manera rápida si prevemos que los niveles están bajando demasiado. En los deportes de baja intensidad y larga duración, es ideal ir suministrando de manera controlada y gradual algún hidrato de carbono para evitar esas hipoglucemias.

Y post entreno, hemos señalado que los efectos de una actividad aunque dependiendo de su intensidad y duración, tienen acción sobre el metabolismo de la glucosa de entre 24-48 horas. Con lo que en esos márgenes de tiempo es posible que la insulina deba reducirse en cuanto a las dosis normales sin que realizáramos ejercicio. Lo mejor sería siempre mantener los controles de los niveles pertinentes.

 hiit y benefico para la diabetes

Una metodología de entrenamiento pegando fuerte en la actualidad es el entrenamiento de alta intensidad, los famosos HIIT. Como sabemos, los beneficios de este tipo de actividad son enormemente poderosos, y podemos incluir que también para los diabéticos. Aún así requieren más precauciones que otro tipo de actividad porque la intensidad solicitada es mucho mayor, y ante unos niveles muy bajos de azúcar podría producir una hipoglucemia mayúscula. Dejaría este tipo de entrenamiento, hablando de pacientes diabéticos, para personas que además de tener una condición física muy buena, controle muy bien su enfermedad, ya que otro efecto que puede tener en el organismo el ejercicio de alta intensidad es la secreción de glucógeno hepático por parte del hígado. Con lo cual, los niveles pueden subir durante o tras la actividad, y sólo aquel que conozca bien su respuesta al ejercicios, estén bien experimentados con la enfermedad y conozca su índice de sensibilidad a la insulina podrán suministrar de manera acertada y sin riesgos la cantidad de insulina o ingesta de alimentos adecuada.

 

Conclusión

La diabetes es una alteración metabólica fácilmente controlable si el paciente le presta la atención que requiere. Los primero es que el paciente acepte la enfermedad, se eduque en ella y aprenda a vivir de la mano. Visitas periódicas al especialista, controles diarios, además de una alimentación controlada (no demasiado elevada en hidratos de carbono) y citas regulares (3 días a la semana como mínimo) con actividad física y el entrenamiento. Un entrenamiento que deberá partir de los cimientos,  e ir mejorando en intensidad y duración a medida que el sujeto vaya viendo su respuesta a tales estímulos. No olvidar la autorización del especialista, y por supuesto, el control de los niveles de glucemia antes, durante y después de la actividad.

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