FP Sanidad

Deshidratación ¿Cómo Afecta Al Deportista?

Tamara Benítez Beuzón
Deportista hidratándose después de un entrenamiento

La deshidratación, un riesgo real para los deportistas

En algunas ocasiones, se ha celebrado la prueba Ironman con unas condiciones climatológicas extremadamente duras, especialmente en el último sector de la prueba: la maratón. Esta prueba puede llevar a la deshidratación. A los pocos días de la Ironman de Frankfurt de 2015, la organización hizo público el fallecimiento de un triatleta que se desmayó al llegar a meta.

La causa de la muerte fue la insuficiente ingesta de sales unida a la excesiva sudoración durante la competición, que le provocaron un edema cerebral. Al parecer, el deportista habría ingerido gran cantidad de agua, pero no tomó suficientes sales. La escasa ingesta de sales ocasionó hiponatremia, una alteración del equilibrio hidroelectrolítico por falta de sodio en el organismo.

La importancia de la ingesta calórica

La mayoría de los deportistas conocen la importancia de incluir la ingesta de hidratos de carbono en su dieta, en torno al 55-65% de la ingesta calórica total (Burke, Hawley, Wong y Jeukendrup, 2011; Urdampilleta et al, 2011; citados por Martínez-Sanz, Urdampilleta y Mielgo-Ayuso, 2013), además de mantener una buena hidratación durante la práctica de ejercicio físico.

evita la deshidratación

Cuando realizamos actividad física, nuestro organismo utiliza la sudoración como medio de enfriamiento corporal para mantener la homeostasis. La temperatura corporal debe oscilar entre los 34°C (límite de hipotermia) y los 45°C (límite de hipertermia), según Iglesias-Rosado (2011), citado por Urdampilleta, Martínez-Sanz, Julia-Sánchez y Álvarez-Herms (2013). A través del sudor se produce la pérdida de agua y de electrolitos, moléculas fundamentales para la regulación de diversas funciones como: mantenimiento de la osmolalidad, excitabilidad celular, función endocrina, acción antioxidante, función inmunológica, función enzimática, transporte de O2 y cadena de citrocromos, coagulación sanguínea, transmisión del potencial de acción, metabolismo óseo y dental, equilibrio ácido-base, etc. (Martínez-Sanz, Urdampilleta y Mielgo-Ayuso, 2013).

La deshidratación causa de la disminución del rendimiento deportivo

Es decir, cualquier tipo de actividad física provoca la eliminación de cierta cantidad de agua y electrolitos, cuya cantidad varía en función de las condiciones fisiológicas individuales, tipo de deporte, momento de la temporada, condiciones ambientales, género, dieta o nivel de aclimatación al calor, etc. (Martínez-Sanz, Urdampilleta y Mielgo-Ayuso, 2013). Del mismo modo, un estado de deshidratación disminuye el rendimiento deportivo y puede poner en riesgo la salud de la persona. La FC aumenta cuando llegamos a un 2% de deshidratación y si persiste, la temperatura corporal podría llegar a los 40°C y provocar importantes reducciones del volumen sistólico, de la presión arterial media y un incremento de la resistencia vascular periférica (Urdampilleta et al., 2013).

Para mantener una buena hidratación durante la práctica de actividad física, se utilizan bebidas isotónicas cuyos objetivos principales son aportar hidratos de carbono (necesitamos entre 30-90 g HC/hora), reponer electrolitos (especialmente sodio, 0.5-0.7 g/L) y la reposición hídrica (tomas de entre 0.6-1 L/hora). Se recomienda hacer ingestas de 0.6-1 l/h con tomas (150-250 ml) frecuentes cada 15-20 minutos y siempre con un contenido isotónico (Urdampilleta et al., 2013). Esta reposición electrolítica debe realizarse tanto en sesiones de entrenamiento como en competición, para que el deportista esté acostumbrado y no se produzcan problemas gastrointestinales durante la prueba deportiva.

En definitiva, una buena hidratación puede evitar los riesgos a los que se exponen los deportistas y conseguir mejores resultados y rendimiento durante la práctica de la actividad física.

deshidratación

La deshidratación, un riesgo en el deporte.

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