FP Sanidad

Beneficios del realfooding para una alimentación sana

Victoria Pérez
Habichuelas, zanahorias y brócolis en una caja de madera en el mercado

El movimiento realfooding es una iniciativa nutricional que se basa en la idea de que para mantener una alimentación sana es necesario eliminar de nuestra dieta los productos ultraprocesados que cada vez están más presentes en los hogares, optando por aquellos alimentos naturales que no hayan sido procesados. Además, siempre que se pueda se recomienda consumir los productos en su estado natural.

Iniciado por el dietista-nutricionista Carlos Ríos, el realfooding dio un paso más allá de las plataformas sociales, convirtiéndose en un movimiento con fuerte presencia en la sociedad que aboga por el consumo de comida real para prevenir enfermedades cardiovasculares y metabólicas e incluso reducir la incidencia de la diabetes y el cáncer.

Esta tendencia, basada en los preceptos que estudia el Técnico Superior en Dietética, comenzó a tomar fuerza en redes sociales, concienciando a la gente sobre la importancia de llevar una dieta equilibrada y sana. De esta manera, el debate social ha tomado fuerza llegando hasta las grandes cadenas de supermercados y servicios de restauración que han comenzado a plantearse la calidad de sus productos.

Diferencia entre comida real, procesados y ultraprocesados

Para comprender el movimiento del realfooding es necesario establecer una diferenciación entre comida real, procesados y ultraprocesados. A continuación se establece una clasificación de estos tres grandes grupos:

Comida real

Incluye todos los alimentos naturales o mínimamente procesados, cuya manipulación no haya influido en los nutrientes y propiedades saludables. Se engloban en esta categoría carnes sin procesar, frutos secos, legumbres, pescado y mariscos, leche fresca, café e infusiones y todas hierbas, especias y semillas que puedan condimentar un plato.

Alimentos procesados

Conocidos como “buenos procesados”, este grupo está conformado por todos aquellos productos naturales que han sido procesados de manera artesanal o industrial respetando sus propiedades saludables. Dicho procesamiento se lleva a cabo mediante la adición o retirada de productos con el fin de hacerlos más duraderos o facilitar su consumo.

Estos alimentos suelen estar envasados y en sus etiquetas no deben contener más de cinco ingredientes entre los que no se encuentren cantidades significativas de harinas refinadas, azúcares o aceites refinados, siendo esta proporción de un 5 o 10% como máximo. Entre los “buenos procesados” se encuentran el aceite de oliva, productos lácteos fermentados, panes 100% integrales, comida real congelada, legumbres y pescados enlatados, bebidas vegetales sin azúcar, jamón ibérico o chocolate negro.

Alimentos ultraprocesados

Los ultraprocesados son aquellos productos elaborados de manera industrial que contienen más de cinco ingredientes en su etiqueta, la mayoría sintéticos. Suelen tener altas proporciones de azúcares, harinas o aceites refinados. Este tipo de alimentos tienden a ser muy sabrosos, baratos y atractivos, pero no aportan los nutrientes necesarios para una dieta equilibrada y sana.

Frecuentemente, estos productos tienen un alto contenido en grasas saturadas y calorías, perjudicando al organismo debido a la baja calidad de los ingredientes que lo componen. Entre ellos destaca la bollería industrial, refrescos azucarados, pizzas industriales, cereales y galletas refinados, snacks salados o golosinas.

Según el movimiento realfooding, una alimentación saludable debe basarse en comida real, complementarse con procesados y evitar los ultraprocesados. Esto no quiere decir que no se puedan consumir esporádicamente estos últimos, pero deben evitarse en la alimentación diaria puesto que no aportan beneficios nutricionales.

Trucos para incluir la comida real en tu dieta

Si se analizan los conceptos básicos del realfooding podremos observar que no se trata de algo nuevo, sino de algo que ya practicaban nuestras abuelas, basando su alimentación en productos naturales que generalmente compraban en el mercado y en comercios locales. Algunas claves para llevar una dieta equilibrada y sana según estos preceptos pueden ser:

  • Basar la alimentación en productos naturales, comprando productos de temporada, especialmente frutas y verduras. Esto favorecerá que hayan sido obtenidos de manera ecológica y por tanto, sean lo más naturales posibles.
  • Leer las etiquetas de los productos y evitar aquellos que contengan más de cinco ingredientes o proporciones altas de azúcar, aceites y harinas refinados.
  • Ir a la compra saciado. De esta manera se evitará realizar una compra emocional donde se cojan muchos alimentos que resulten apetecibles.
  • Poner atención en aquellos productos con la etiqueta “light” porque generalmente suelen ser engañosos, escudándose en envases atractivos que esconden productos ultraprocesados aunque sean bajos en grasa.
  • Tratar de llevar a cabo menús semanales para hacer una compra racional en función de los alimentos que se van a consumir.
  • Cocinar mediante procesos saludables, evitando los fritos y optando por preparaciones cocidas, a la plancha o al horno.
  • Cuando se come fuera de casa, ya sea por trabajo u ocio, llevar comida hecha de casa para evitar caer en la tentación de productos procesados o escoger opciones saludables si se acude a un restaurante.

A modo de conclusión, es necesario resaltar que el realfooding no se trata de una dieta, sino de un cambio en el estilo de vida que favorecerá a largo plazo a la salud de la población. Por ello no se basa en contar calorías o grasas, sino en conocer los beneficios nutricionales que aportan los diferentes alimentos al organismo.

Dichos aspectos de la alimentación se analizan en el Grado Superior de Dietética, que MEDAC ofrece en modalidad presencial y a distancia. Con esta formación se aprenderá no solo el valor nutricional de los alimentos, sino también cómo manipularlos y conservarlos de la manera más óptima.

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