Qué pregunta más sencilla, podréis pensar. Pero como en todos los servicios, públicos o privados, es necesario conocerlos bien con el objetivo de poder sacar el mayor beneficio de ellos. Para comenzar, hay que comprender que no todas las instalaciones sanitarias dan servicio a todas las patologías, independientemente del nivel de gravedad o prioridad que el usuario crea que tiene.
El sistema sanitario español es un complejo engranaje que debe asegurar que toda la población tenga acceso a la sanidad sin hacer distinciones por el lugar de residencia, la situación laboral o económica, y de esta manera garantizar una atención universal mediante el trabajo de los profesionales como el titulado en Auxiliar de Enfermería.
Existen diferentes tipos de entidades sanitarias: hospitales generales, de especialidades, comarcales, centros de salud o consultorios. La mayor diferencia entre ellas la encontramos en el tamaño y en el tipo de servicio que ofrecen, es decir, que tipo de patologías atienden.
Otro rasgo distintivo es la ubicación. Antes de abrir un nuevo centro sanitario se realiza un estudio demográfico, y en base al resultado de densidad de población y núcleos de concentración, se decide la localización y el tipo de entidad que se establecerá. Por ejemplo, no tendría sentido montar un gran hospital general en una de las zonas rurales más despobladas de España, en este caso el tipo de servicio que se elegiría sería el de un consultorio.
Sin embargo, el mayor problema tiene lugar a la hora de comprender la función para la que están destinados. La clasificación es muy sencilla: centros sanitarios de atención primaria y de atención especializada.
Los de atención primaria son los centros de salud, popularmente conocidos como ambulatorios. En ellos se debe realizar el primer contacto con el sistema sanitario, ya que es donde encontramos a nuestro médico de familia al cual solemos acudir cuando tenemos un problema que no reviste urgencia. Una vez aquí, el doctor valorará la gravedad y la necesidad de enviar al paciente a los centros sanitarios de especialidades, es decir, al hospital.
Diferencia entre urgencia y emergencia: la clave para saber a qué centro sanitario dirigirte
Pero, ¿y si tengo un problema urgente? Lo primero es comprender la diferencia entre urgencia y emergencia, así como entre enfermedad común y patología no demorable. Si cada vez que nos ponemos enfermos o tenemos la necesidad de recibir asistencia médica intentamos clasificarnos entre esas cuatro opciones, sabríamos con total seguridad a qué centro sanitario acudir.
Y también os podréis preguntar: pero “¿qué más da el tipo de entidad a la que acuda? Si se me encuentro mal quiero un médico, me da igual el lugar donde esté”. Y la respuesta es bien sencilla: los recursos son limitados. Por ejemplo, no hay un técnico de ambulancia y un vehículo para cada ciudadano si todos decidimos solicitar una a la vez.
Por este motivo, es necesario aprender a diferenciar el problema que tenemos para saber si ir a urgencias o si es probable que, acudiendo a mi centro de salud, pueda ser atendido adecuadamente y sin tener que esperar. Para que los conceptos nos queden más claros pongamos unos ejemplos:
- Enfermedad común: llevo un par de días con dolor de garganta, tos y fiebre, tengo que acudir a mi médico de familia al centro de salud.
- Patología no demorable: Tengo gastroenteritis y no paro de vomitar, tengo que ir a mi centro de salud para que me presten atención no demorable o a las urgencias de la misma entidad.
- Urgencia médica: Tengo un dolor en el pecho que no se me quita, tengo que ir a urgencias.
- Emergencia médica: Me he encontrado a una persona que está en el suelo y no parece que no respira, tengo que llamar a la ambulancia para que sea atendida de manera urgente.
Urgencias médicas: ¿cómo funcionan?
Seguro que en alguna ocasión habréis tenido que ir a urgencias y estar toda la tarde allí hasta ser atendidos, pero ¿os habéis preguntado el por qué? Seguramente vuestra patología no era una emergencia y dado a que os encontrábais en un servicio de urgencias, vuestra asistencia no era prioritaria.
En este punto vamos a tratar de entender el funcionamiento de las urgencias médicas. Cuando un paciente llega a un centro sanitario solicitando este servicio se realiza un triaje, esto es, una clasificación basada en el problema que nos dice que tiene y según eso se le asigna una prioridad. Si después de ese usuario llegan dos más presentando un estado grave, estos pacientes serán atendidos antes.
Como conclusión, si todos conociéramos la importancia de saber gestionar bien los recursos del sistema sanitario, comprendiéramos que son limitados, que mi urgencia no lo es tanto, pero sí puede ser la de mi vecino; si todos tuviéramos claro eso, los recursos estarían bien repartidos y no nos encontraríamos con desavenencias.
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