FP Deporte

Principales criterios para elegir un buen personal trainer

Por Delfín Contreras
Un hombre y una mujer entrenando en un gimnasio

El personal trainer es una de las figuras más habituales en los gimnasios, ya que en los últimos años han crecido los aficionados al deporte que buscan entrenamientos personalizados. De hecho, la mayoría de las personas dedican su tiempo libre a estar en forma, ya sea por salud, bienestar o estética.

En este sentido, las personas que quieren mejorar su calidad de vida recurren al trabajo de un entrenador personal que con su experiencia y conocimientos saca el máximo partido al cliente como, por ejemplo, el Técnico en Acondicionamiento Físico. Este profesional realizará un plan de ejercicios físicos personalizados focalizados en unos objetivos previamente definidos. Pero, ¿en qué criterios se basan para elegir un buen personal trainer?

¿Cuál es la importancia del ejercicio físico y los entrenamientos personalizados?

Según algunos informes, el 25 % de la población española tiene problemas de obesidad o de sobrepeso, un hecho que ya causa 131.000 muertes al año en nuestro país. Por ello, no hay duda de que realizar ejercicio físico es un valor fundamental para tener una sociedad equilibrada y sana que reduzca el perfil de mortalidad debido a enfermedades relacionadas con la inactividad y el sedentarismo.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta acerca de la necesidad de combatir los principales factores de riesgo de las patologías crónicas no transmisibles (obesidad, diabetes, dolencias cardiovasculares y  ciertos tipos de cáncer), animando a los adultos de entre 18 a 64 años a que dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física de intensidad moderada, o bien 75 minutos de ejercicio más intenso cada semana. 

La realidad es que menos de la mitad de la población española y latinoamericana hace ejercicio de forma regular. Por ello, otra opción para estar en forma radica en llevar a cabo un entrenamiento personalizado con una combinación equivalente de dinámicas deportivas de ritmo medio y vigoroso. Asimismo, esta práctica tendrá que ser supervisada por un personal trainer como, por ejemplo, los titulados en Acondicionamiento Físico a distancia.

¿Qué características debe tener un buen entrenador personal?

Ser guiados y supervisados por un personal trainer es una opción cada vez más recurrida, pero hay tener en cuenta tres fundamentos básicos a la hora de contratar  entrenadores que puedan hacer un correcto seguimiento de la actividad física, ayudando al cliente a estar en forma de manera segura, evitando posibles lesiones o dinámicas improductivas que no dirijan hacia sus objetivos:

  1. Deben ser profesionales cualificados y con conocimientos especializados en entrenamientos personalizados, acondicionamiento o enseñanza deportiva. Dentro de estos perfiles destacan los licenciados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFD) o Técnicos Superiores en TSEAS (Técnico Superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva), TAFAD (Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas) o TSAF (Técnico Superior en Acondicionamiento Físico). Estas titulaciones, reguladas por el sistema educativo español, ofrecen la seguridad de que los contenidos y objetivos formativos de la rama de Actividades Físicas se han adquirido. En este punto, es recomendable exigir cierta titulación para confiar en que el entrenador personal se ampara en una formación oficial y homologada por el Ministerio de Educación.
  2. Deben tener cierta experiencia profesional, dedicación y carisma. No todos los entrenadores son iguales. De nada sirve que un entrenador personal sea muy motivador y tenga muchos seguidores en redes sociales si luego no tiene conocimientos aplicables a la realidad del problema del cliente, usando estrategias nefastas que solo hacen que empeore su situación a nivel físico. Además, debe ser un profesional que respete al usuario, sea puntual al comienzo y final de las sesiones, tenga buen trato durante la clase y lleve a cabo una planificación correcta del entrenamiento.
  3. Deben reunir ciertas características personales que ayuden al cliente a alcanzar sus objetivos:
  • Perfil analítico, que observe, evalúe e intervenga con coherencia para generar un seguimiento profesional, valorando la consecución de metas de la manera más objetiva posible. De este modo, podrá diseñar el programa de entrenamiento personalizado más efectivo para cada caso.
  • Motivador y apasionado de su trabajo, que disfrute guiando el deporte y ejercicios físicos para lograr transmitir a los usuarios de un gimnasio el positivismo puro de un buen personal trainer. 
  • Comunicativo. Debe ser claro, justificando y explicando el porqué de las rutinas de ejercicios físicos para que sus alumnos conozcan la importancia de las mismas y sus implicaciones en diversos ámbitos de su vida. De esta manera, las personas se implicarán mucho más en sus entrenamientos. 
  • No intrusivo. Diagnosticar lesiones o enfermedades no son competencias propias de un entrenador personal. Por este motivo, no debe asumir la labor de otros profesionales especializados (fisioterapeutas, nutricionistas, médicos), delegando en ellos en caso de ser necesario.
  • Organizado y metódico, que sepa fijar objetivos a corto, medio y largo plazo para adaptar el entrenamiento y favorecer el progreso, así como la motivación del cliente.
  • Realista. Es necesario que conozca las limitaciones tanto físicas como emocionales de las personas que tiene a su cargo y sobre todo que no “venda” situaciones a las que no se pueden llegar, ya que esto puede tener un “efecto rebote” donde el usuario vaya perdiendo motivación y derive en una menor adherencia a la actividad física.

Sin embargo, todas estas características son difíciles de conocer si no se dispone de opiniones de otros clientes. Por ello, una de las recomendaciones a tener en cuenta para elegir un buen personal trainer es probar y comparar. No hay que basarse en un único perfil, sino saber seleccionar qué entrenadores se adaptan más y quiénes pueden contribuir a alcanzar los objetivos propuestos de forma eficiente, con el menor riesgo para la salud y la mejor calidad a través de un entrenamiento personalizado, en la medida de lo posible, según las necesidades del usuario.

También es importante no tomar decisiones según el aspecto físico, es decir, el hecho de que el entrenador personal tenga menos masa muscular no tiene por qué ser un rasgo determinante para distinguir a buenos entrenadores. Por otra parte, si se contempla el factor económico, el precio de las sesiones o del cupo de entrenamientos debe ir en valor a lo que se consigue, a los medios empleados y a los conocimientos sobre la temática.

¿Cómo ser entrenador personal?

Como se ha mencionado antes, uno de los requisitos para ser personal trainer es tener una formación oficial y homologada que permita ejercer la profesión con total seguridad. Para ello, una buena opción es estudiar un Grado Superior en Acondicionamiento Físico o un Grado Superior en Enseñanza y Animación Sociodeportiva a distancia o en modalidad presencial.

Las personas que quieran ser entrenadores personales tendrán la posibilidad de adquirir las habilidades mediante estos dos ciclos formativos que ofrecen una metodología práctica e innovadora, adaptada a las demandas del mercado laboral. Por otro lado, también podrán aprender nuevos conocimientos en el ámbito del entrenamiento personalizado con un Máster en Entrenamiento Personal.

Dicha especialización de personal trainer es cada vez más solicitada en el ámbito deportivo, ya que prepara a los profesionales para ofrecer un servicio de calidad a los clientes en diferentes centros deportivos. Además, sabrán emplear de manera eficiente las nuevas técnicas para desarrollar ejercicios físicos básicos y mejorar la salud de los deportistas.

Para concluir, es necesario apuntar que la salud del usuario está en manos de estos profesionales, pero sus objetivos, en las de ambos. Igualmente, es importante que los clientes consigan disfrutar de sus entrenamientos con el entrenador personal perfecto.