Actualmente, la bicicleta se ha convertido en un compañero fundamental para las personas que practican deporte. Muchos ciudadanos recurren a ella para realizar excursiones, pasear por la ciudad o simplemente por ocio. Por esta razón es necesario realizarle cuidados básicos de mantenimiento para así poder disfrutar de ella al máximo.
El mantenimiento de la bicicleta es indispensable no solo para profesionales sino también para los aficionados. Muchos amantes de la naturaleza, como el Técnico en Conducción de Actividades en el Medio Natural, deberán tener en cuenta algunas recomendaciones antes de comenzar una ruta, ya que tendrán como objetivo alargar el tiempo de vida útil de sus componentes y, lo más importante, mantener la seguridad del ciclista en todo momento.
Por otro lado, si se realiza un mala conservación de este vehículo se corre el riesgo de sufrir accidentes leves o graves que pueden ir desde una rotura de cadena hasta caídas considerables por falta de frenos o fallo en la dirección. Para evitar que algo así ocurra, en esta guía básica se pueden observar algunos consejos.
Materiales para limpiar una bicicleta
El mantenimiento de la bicicleta comienza por tenerla siempre limpia después de haber finalizado una ruta por ciudad o montaña. Para ello, será necesario la utilización de un trapo húmedo a fin de pulir de forma más profunda aquellas partes que hay que revisar.
De igual modo, para limpiar una bicicleta se deben tener en cuenta diferentes materiales imprescindibles que ayudan en la correcta realización del cuidado. Entre estos elementos se encuentran:
- Bomba para inflar neumáticos que tenga el ajuste de salida correspondiente a la válvula de la bicicleta a mantener.
- Juego de llaves tipo Allen.
- Aceite específico para la cadena de transmisión.
- Lubricante para las partes móviles de la bicicleta.
- Destornilladores plano y de estrella.
Consejos para el mantenimiento de la bicicleta
Para comenzar el mantenimiento de la bicicleta es esencial guardarla siempre en un lugar libre de humedad. Es muy común que los aficionados la almacenen en trasteros de garajes, con el riesgo que ello conlleva, ya que la humedad provoca oxidación de las piezas vitales de la bicicleta. Por otro lado, su conservación se puede aumentar cubriéndola para evitar que el polvo y la suciedad de alrededor se posen en ella.
Limpiar una bicicleta también es una tarea indispensable para el mantenimiento del vehículo y no será nada difícil si se sigue una serie de consejos:
La bicicleta debe estar completamente limpia. Si la ruta no ha sido muy exigente y ésta no queda cubierta de barro, no hay que lavarla con agua a presión y jabón, ya que el agua produce oxidación y corrosión en partes internas que no se ven, como, por ejemplo, los engranajes. Por tanto, es preferible limpiar una bicicleta con un trapo húmedo. Aunque existen productos especiales para esta acción, no son imprescindibles.
Limpiar la cadena de bicicleta. Es necesario que la cadena mantenga una correcta lubricación con grasa específica de bicicleta. Además, el cassette trasero y el plato delantero funcionarán mucho mejor si se realiza este cuidado, ya que son las partes móviles que están en contacto con ella. De igual modo, con este mantenimiento se logrará que el ciclista no corra riesgo al romperse la cadena.
Realizar una correcta lubricación de las partes móviles. Un engrasado de forma habitual permitirá mantener estas partes en correcto funcionamiento, ya que una pieza que friccione con otra sin lubricación va a producir un desgaste acelerado. Para llevar a cabo esta acción si hay que utilizar productos específicos que, generalmente, llevan un aplicador para que el aceite se aloje en el sitio correcto. Si no se cuenta con este elemento, también se puede utilizar una brocha.
Es imprescindible que este proceso en la bicicleta se haga con frecuencia y de forma obligatoria después de cada ruta. También se debe engrasar la tija del sillín, cables de freno, dirección y partes móviles de los cambios, como, por ejemplo, las palancas de cambio.
Comprobar toda la tornillería. Este mantenimiento de bicicleta se realiza con las herramientas mencionadas anteriormente. Para ello, se deberán comprobar los tornillos de la dirección, manillar, manetas y cambio, pinza de disco de freno y suspensión, entre otros.
Revisar disco de freno. En el caso de que la bicicleta posea disco de freno hay que inspeccionar algunos aspectos con cierta periodicidad como el nivel del líquido de frenos, así como el desgaste de las pastillas de ferodo. Si, por el contrario se utiliza otro tipo (V-Brake), se deberá ajustar la tensión del freno mediante el regulador superior o inferior.
Comprobar la presión de los neumáticos. Los infladores, generalmente, tienen un manómetro que indican cuál es la presión de los neumáticos. En el lateral de la rueda está señalada la fuerza óptima que se recomienda en cada una de ellas. Utilizar la bicicleta con los neumáticos desinflados provocará que sea más dificultoso el avance y si, por el contrario tiene demasiada presión, el riesgo de reventar es muy alto.
En definitiva, el mantenimiento de la bicicleta es un paso muy importante para aquellas personas que hacen ciclismo y turismo sostenible por diferentes ciudades, ya que de este modo los aficionados, así como profesionales se ahorrarán problemas en la ruta. Además, montar en bicicleta puede manifestar numerosos beneficios.